Recuerdos del barrio Vidal

Mis primeros recuerdos de Salamanca están relacionados con el barrio Vidal. En 1969 volví de Rotterdam (Holanda), donde mis padres habían emigrado como tantos miles de salmantinos en los años sesenta y yo había nacido el año anterior, y nos instalamos en una vivienda de la calle Miranda y Oquendo. Para quienes no la conozcan esta calle es una de las que une las calles Gran Capitán y Gómez Arias. Era una vivienda humilde, como muchas en el barrio, sin ascensor ni calefacción.

En aquella época se empezaba la escuela a los cinco años, en lo que se conocía como "parvulitos", y yo lo hice en el colegio Beatriz Galindo en 1973. Recuerdo perfectamente a mi madre yendo a ver al director del colegio conmigo a rogarle que me admitiesen, porque no existía un sistema uniforme de acceso. Como en tantas cosas de la época quien tenía la máxima responsabilidad, en este caso el director, decidía con mejor o peor criterio. El curso anterior a empezar el colegio había ido a una especie de guardería que había en el barrio, que se encontraba en una de las calles entre Gran Capitán y la plaza del barrio (cerca de Dorado Montero), y eso hizo que llegase sabiendo leer, que era lo primero que se enseñaba. No era el único, había más niños que ya sabían leer, y mientras nuestros compañeros aprendían utilizando las cartillas numeradas que se utilizaban entonces, nosotros leíamos libros de tamaño considerable que nos dejaba el maestro.

El colegio Beatriz Galindo era el centro público masculino de la zona, mientras el Victoriano Lucas, que estaba al lado de mi casa, era el femenino. En él comenzó a estudiar mi hermana María el año siguiente. Hace años que el colegio público Victoriano Lucas está cerrado. La universalización de la Educación pública hasta los 16 años, sin segregación por sexos ni dependiendo la admisión del criterio de un director, es uno de los muchos avances que ha conseguido España en las últimas décadas.

A pesar de mi corta edad, con cuatro o cinco años, pasábamos muchas horas del día en la calle. Calles sin asfaltar, como buena parte de la ciudad hasta que Jesús Málaga fue elegido Alcalde en 1979, en las que no había sensación de peligro. Entre mis recuerdos está haber ido con mi abuelo materno a la plaza del barrio Vidal a ver las hogueras de San Juan. Hogueras que se hacían con los materiales que recogían los vecinos durante los días previos y que eran un auténtico espectáculo al que asistían muchísimos vecinos.

En casa no había televisión, algo habitual en la época, y los bares eran puntos de encuentro para acontecimientos importantes. Junto a mi padre fui a ver a uno de esos bares, en blanco y negro, la final del mundial de fútbol de 1974, en la que para nuestra tristeza Holanda (el país donde él había trabajado 10 años) perdió con Alemania. En el barrio Vidal vivía cuando murió el dictador Francisco Franco, por lo que hubo unos días sin clase, que como niños pasamos jugando ajenos a la trascendencia histórica del momento. Poco después nos mudamos a la C/ Ayala, en el barrio Garrido, donde viví hasta el año 2000. Las zonas en las que se ha vivido marcan nuestra pequeña historia de vivencias personales, y la mía en Salamanca comenzó hace 45 años en el barrio Vidal, al que hoy que querido dedicar esta breve colaboración en Salamanca RTV.