Las óperas del Rococó

El Rococó fue el estilo que sucedió al Barroco. Su característica más importante sería su recargamiento y decoración excesiva. Este estilo, procedente de Francia, venía definido, como principal ejemplo, por la obra arquitectónica del palacio de Versalles. En cuanto a la música se refiere, se dieron muchas piezas para el clave, siendo sus grandes representantes François Couperin, Jean-Philippe Rameau o Domenico Scarlatti (Italiano).

En lo social, la aristocracia de mediados del siglo XVIII, descendía posiciones frente a la burguesía que comenzaba a imponerse. Esa aristocracia, ajena a lo que vendría a finales de siglo (la Revolución francesa), seguía conservando en sus teatros la ópera denominada galante, que era en sus palabras "música de buen gusto". El modelo de esta ópera era la ópera seria, que contenía mucho tema mitológico. Por otro lado, los que defendían la rebelión de la burguesía seguían un modelo muy distinto, la ópera bufa, en la que se mostraban historias sencillas de gente normal, donde éstos acababan mejor parados que los aristócratas, lo que haría ver a la gente de a pie que un cambio social era posible.

Si nos centramos en Jean-Philippe Rameau (1683?1761), sabemos que no fue bueno en sus estudios pero destacó en la música. Compuso música sacra y para clave. Investigó la armonía, escribiendo el tratado de la armonía reducida a sus principios naturales y por lo tanto, dio un gran paso hacia la armonía moderna. Compuso a los 50 años su primera ópera, aunque esto no fue ningún fracaso para que, tanto ésta como posteriores óperas y ballets reflejaran musicalmente a la perfección lo que sucedía en el escenario.

Siendo ya compositor de corte, se estrenó en 1752 en París la ópera bufa napolitana La serva padrona de Pergolesi, estallando lo que posteriormente se denominaría la querelle des bouffons, o lo que es lo mismo una guerra operística.

La decadencia de la ópera seria llegó con la crisis económica de la aristocracia (proveniente de las guerras dinásticas) y también en parte por la destrucción de la ópera de Dresde por el ejército prusiano. La decadencia de la ópera bufa llegaría poco después ya que la falta de competencia con la ópera seria desencadenó un gran número de obras que terminarían por aburrir al gran público.