Los pescadores de la Cuenca del Águeda se preguntan por qué son “diferentes”

La Asociación de Pescadores de la Cuenca del Río Águeda (APCRA) ofreció en la mañana del sábado una rueda de prensa en la que dieron cuenta de las acciones que está llevando a cabo para conseguir los objetivos con los que nació la Asociación.

En este sentido, durante las últimas semanas se han reunido con la Diputación Provincial, con la Confederación Hidrográfica del Duero, y también con la Dirección General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León. En principio, estas conversaciones han llegado a buen puerto y confían en que la próxima Orden de Pesca de la Junta recoja sus reivindicaciones.

Por un lado, está la habilitación en la Cuenca del Águeda de tramos en los que se pueda pescar la trucha con muerte. Los miembros de la Asociación denuncian la situación que vive la provincia de Salamanca, donde sólo hay 1 coto donde se permita la pesca con muerte y ninguna Área de Régimen Especial Controlado, a diferencia de lo que ocurre en el resto de provincias de Castilla y León, donde hay un total de 172, repartidas por todas las provincias -excepto en Valladolid, ya que no hay truchas en sus ríos-.

Mientras que el coto es un espacio donde hay que pagar para poder pescar, en un Área de Régimen Especial Controlado se permite la pesca con muerte y el acceso está controlado como en los cotos, pero en este caso se puede pescar de forma gratuita (únicamente hay que solicitar un permiso previamente). Lo que ha vuelto a reivindicar APCRA en sus últimas reuniones es la creación de 4 Áreas de Régimen Especial Controlado en la Cuenca del Águeda.

Estos tramos (uno en cada río son los siguientes): en el Águeda, el tramo que va desde la junta de los ríos Águeda y Frío hasta el Puente Villar (confluencia del río Águeda con el río Payo); en el río Frío, el tramo comprendido desde la junta de los ríos Águeda y Frío hasta la confluencia de éste con la presa El Castaño; en el Agadón, el tramo entre la junta de los ríos Agadón y Las Vegas y el puente de la carretera comarcal DSA 350 que une las localidades de Serradilla del Llano con Casares de las Hurdes; y en el río Mayas, el tramo que va desde el puente que une las localidades de Sahugo con Robleda hasta los terrenos labrados del término de Robleda (antiguo límite inferior del extinguido coto de Olleros).

La Asociación recuerda que es defensora de la pesca sin muerte, asumiendo que es "el futuro", pero rechazan el cambio "radical" que ha sufrido la Cuenca del Águeda, donde se ha pasado de un 100% de ríos pescables con muerte a no tener "ni un solo metro". Desde su punto de vista, la pesca sin muerte se debe conseguir mediante la "concienciación", y no a través de imposiciones. Como reflexionan, "toda la vida se han pescado truchas y sigue habiendo".

Lo que sí puede acabar con ellas es la acción de los cormoranes, un ave que está causando estragos. En este sentido, APCRA denuncia que en la provincia de Salamanca no se está actuando. Por ejemplo, en la vecina Extremadura, los ciudadanos pueden solicitar una autorización para el control poblacional del cormorán ?es decir, para acabar con ellos- para prevenir perjuicios a la pesca. Asimismo, en otras provincias de Castilla y León sí se está actuando. Todo ello les lleva a preguntarse: "¿por qué somos diferentes?".

Según apunta la Asociación, hasta ahora se han dado "contra la pared" a la hora de realizar sus reivindicaciones en la provincia de Salamanca, pero hablando con instancias superiores sí han obtenido una buena receptividad, y varios de los cambios que piden podrían incluirse en la próxima Orden anual de Pesca de la Junta de Castilla y León.

Elaborado un estudio sobre las presas y pesqueras

En otro orden de cosas, APCRA ha elaborado por iniciativa propia un estudio sobre la situación de las presas y pesqueras de la Cuenca del Águeda. Según su recopilación, el río Águeda cuenta con más de 10 presas; el río Agadón, con 7; río Frío, con 4; el Mayas, con 3; y el Payo, con 2. En ese estudio han comprobado que unas cuantas de ellas están en mal estado, lo que provoca una fragmentación de los ríos, y complica la supervivencia de las especies.

Concretamente, hay 6 presas que consideran que deben ser reparadas con urgencia porque están muy deterioradas, mientras que hay otras 7 donde proponen la creación de escalas piscícolas, que no existen en ningún punto de la provincia de Salamanca.

La clave de estas posibles acciones es la puesta en marcha de Cipríber, un proyecto promovido por la Confederación Hidrográfica del Duero en los ríos de la Red Natura 2000 del suroeste de la provincia de Salamanca que tiene como finalidad recuperar y proteger las poblaciones autóctonas endémicas de cíprinidos.

El proyecto, de 4 años de duración, tiene un coste total de 2.429.049?, de los cuales la mitad son aportados por la Comisión Europea. Con este dinero, la Asociación cree que se podrían llevar a cabo las acciones que plantean en su estudio, que han remitido a la Confederación Hidrográfica del Duero.

Según explicaron los miembros de la Asociación, las acciones relativas al proyecto Cipríber serán su gran objetivo de cara al 2015, después de que en este 2014 hayan centrado su trabajo en "poner cordura" a la situación de la trucha. Además, también se han marcado como objetivo para el año que viene organizar conferencias y poco a poco abrir la Asociación a la entrada de nuevos miembros.