Reunión de amigas

Hace unos días mi amiga Ana me preguntaba que de dónde sacaba la inspiración para escribir. Yo le contesté que de la vida misma, de mis experiencias del día a día.

Hoy estas lineas van dedicadas a mis amigas de los cinco continentes, a esas que hacen que allí donde esté, mi vida se haga más llevadera.

Las personas que podemos contar con un grupo de amigas somos muy afortunadas.

Al grupo formado por mujeres de todos los estados civiles, solteras, casadas, viudas y separadas nos unen un lazo muy grande que se llama APOYO. Ese apoyo es como en los matrimonios, para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad. Sí, en esos momentos es cuando realmente descubres que tienes una amiga, o en el mejor de los casos un gran grupo.

Las amigas podemos dejar de vernos una temporada por circunstancias de la vida, pero existen relaciones con algunas de ellas, que ni treinta años de separación pueden romper.

Cuando llegas a una edad madura, descubres que tus amigas son una gran parte de tu vida, que las necesitas para vivir, para reír en los momentos de fiesta, para llorar en las situaciones difíciles que se presentan, para hablar cuando tienes que compartir una pena o sencillamente para pasar un buen rato de tertulia.

Hay mujeres que al empezar una relación amorosa se olvidan de su grupo de iguales y pierden su apoyo y cuando se rompe la relación se encuentran vacías y solas. Por eso es muy importante organizar el tiempo para no olvidarse de que las amigas tienen un importante espacio en la vida, tan necesario como beneficioso para el equilibrio emocional.

Desde estas líneas agradezco a todas mis amigas el cariño y los momentos maravillosos que me hacen disfrutar, pero sobre todo el apoyo incondicional.