Eladio, camino de los sueños infinitos

Conocí a Eladio personalmente hace diez años y tres años después conseguí que me contase lo que nunca se había publicado en un medio de comunicación, la verdadera historia de cómo se fraguó la visita del Papa Juan Pablo II a Alba de Tormes. Costó tres años ganarme su confianza pero mereció la pena.

Aún recuerdo a Eladio esperándome en una fría mañana de diciembre sentado en el salón de su casa y ojeando varios álbumes fotográficos. Los archivos que albergaban forman parte de uno los momentos más brillantes de la historia de Alba de Tormes, la visita del Papa en 1982.

Pasamos más de horas hablando de su trabajo como alcalde, de la Marcha Teresiana, de la visita del Papa y de la actualidad de la villa ducal, que ese mismo año afrontaba la primera legislatura del Partido Popular en Alba de Tormes tras 24 años de gobierno socialista. Eladio conocía bien la situación, de hecho el fue el primer alcalde de la democracia en Alba de Tormes .Era un placer escucharle y ver cómo relataba como sueños las mismas realidades de las que él era el principal protagonista.

La vida de Eladio fue un sueño cumplido, un sueño que tuvo como ejes centrales a Alba de Tormes, Santa Teresa de Jesús y a su querida y gran familia. Sus sueños fueron soñados, luchados y cumplidos porque él era consciente de que si no se da el máximo en esta vida "los sueños, sueños son". Eladio cumplió sus sueños y ayudó a soñar a miles de albenses, los mismos que vieron a Juan Pablo II en la localidad y hace soñar aún a centenares de peregrinos, los que todos los años participan en la Marcha Teresiana.

A Eladio no se le resistía ningún sueño, estoy seguro que había soñado el final de sus días, rodeado de todos sus familiares, de todos los peregrinos de la Marcha Teresiana y de sus vecinos despidiéndole en la Plaza de las Madres. Estoy seguro que hoy habría leído estas líneas como lector diario de albadetormesaldia.es

Gracias Eladio Briñón Rodríguez por estar siempre ahí desde mis comienzos como periodista, gracias por permitirme ser tu amigo, por permitirme entrar en tu casa y contarme tantas historias que me hacían sentir privilegiado. Como diría Jarabe de Palo...¡Qué hay de malo en perseguir los sueños. Qué hay de malo en soñar despierto! Sigue soñando amigo.

Roberto Jiménez

20/09/2014