Oreja para Juan de Dios y ovación para Joao Pedro en una novillada sin pena ni gloria

Ferias y fiestas de Peñaranda de Bracamonte, tarde muy soleada, y ligero viento que no molestó a los toreros. Se han lidiado seis novillos, tres de la ganadería de Adelaida Rodríguez y tres de Valrubio, de los que debemos señalar 1º y 6 º de Adelaida, bravos nobles y con recorrido el 2º de este hierro flojo, sin clase y raza, los de Valrubio cuajados, con romana de juego desigual encastado el 3º manseando el 5º y con buen son el 4º.

En cuanto a los de coleta, división y oreja para Juan de Dios, silencio y silencio para Juan Carlos Berrocal, ovación y ovación para Joao Pedro.

Salió un novillo extraordinario que flojeó de inicio, después se entonó el animal, e hizo un alarde de bravura, nobleza y entrega fuera de lo común, y bien que lo aprovechó Juan de Dios, que lo toreó primorosamente desde el minuto uno, se empachó de torear, largo, colocado corriendo bien la mano por uno y otro pitón, con remates de superior factura, la faena fue de largo metraje, tanto que sonaron uno y otro aviso; en esto que se comienza a pedir el indulto, se forma un jaleo de primera mano entre público, torero, presidente y ganadero, el chico montó el estoque hasta cuatro veces, le mandó otro aviso y el novillo al corral para ser apuntillado, luego el novillo se niega a entrar, así se pasó media hora hasta que el torero pide matarlo y lo hace. En fin, todo un despropósito, de unos y de otros, que perjudica seriamente el espectáculo. En su segundo De Dios toreó bien con ajuste y limpieza rematando muy bien las series y tras pinchazo y entera caída cobro una oreja, es un torero a seguir con buenas condiciones.

El segundo de la tarde era Juan Carlos Berrocal, extremeño que fue el triunfador de la serie de tientas de abril, y la verdad no había quien lo conociera, todo la tarde sin rumbo, despistado, desdibujado y muy desconfiado, en su primero salvó los papeles, pues el novillo fue un bruto, pero en el segundo se vio claramente que estaba perdido, no supo sobreponerse y toreó por la variante, una tarde desdichada, de quien debe pensarse muy bien hacia donde camina y lo siento porque servidor esperaba mas de él, fue silenciado en ambos.

Cerró la terna el portugués Joao Pedro, novillero valiente aun sin cuajar, pero que estuvo muy decidido, clavó los palos, unos con más voluntad que acierto, fue volteado, pero no se arredró, al sexto todo nobleza y con buen tranco mejoró lo anterior, y tuvo pasajes interesantes, por ambos pitones, y sorteó una faena con buen tono. A la hora de matar es otra cosa, fue ovacionado en ambos. Y aquí terminó una novillada, que podía haber sido de guante blanco y de triunfo, pero resultó pesada, y sin pena ni gloria. Veremos el sábado en la corrida?

Fermín González

Fotografías: Raúl Blázquez