Pedro Gutiérrez ‘El Capea’ sale a hombros en Vitigudino tras cortar siete orejas en su...

Pedro Gutiérrez 'El Capea' salió triunfador esta tarde del coso de Vitigudino tras cortar siete orejas en su encerrona con seis toros de la ganadería de Victorino Martín, festejo en el que el torero venía a reivindicarse y a demostrarse a sí mismo que tenía un lugar en las plazas españolas después de diez años de alternativa. Y lo demostró.

Lo hizo ante seis toros de Las Tiesas, desiguales de presentación pero que dieron juego para el toreo de muleta, el mejor el segundo de la tarde y que El Capea 'se dejó ir' aún con una oreja en la mano, porque el toro, el más pequeño del encierro pero el de más cara, pedía que se le torease más. El torero optó por cumplir el expediente, tal vez porque aún tenía por delante cuatro toros más después de un primero al que le cortó una oreja a petición del público, demasiado premio, así que decidió enviar a Varatero, segundo de la tarde, al desolladero tras una estocada ligeramente tendida y trasera, por lo que necesitó del estoque de cruceta, donde no falló el torero y con el que estuvo muy acertado toda la tarde. El toro dio la vuelta al ruedo.

Con dos orejas en el haber, el tercero de la tarde alborotó los tendidos tras que desmontara a uno de los picadores. Fue el más complicado de la corrida, aunque el torero aún así le arrancó alguna tanda de derechazos, con susto incluido, pero sin más consecuencias. Tampoco tuvo tino con la espada, hubo de entrar a matar tres veces tras un pinchazo, un pinchazo hondo y media, para acabar con el de Las Tiesas con el de cruceta a la primera.

Al cuarto lo recibía en el tercio con una larga cambiada, aunque luego no se explayó con el capote. El toro tomó dos puyazos bien colocados y El Capea mostró disposición a torearlo. Le arrancó alguna que otra tanda de muletazos por cada uno de los pitones, en general estuvo bien y con ganas, y solo la espada le privó de las dos orejas. Aún después de un pinchazo y una estocada casi entera, y descabello, cortó su cuarta oreja.

La corrida entraba en su culmen con el quinto de la tarde, ese que dicen que siempre es bueno, pero Mojamo, herrado con el número 6, solo tenía un pintón bueno, el izquierdo, que lo vio enseguida el torero, pues fue en el único de la tarde con el que comenzó la faena con la mano izquierda. Y por ese pitón cuajó buenas tandas de muletazos a pesar de que el toro quedó demasiado picado, tres puyazos que pararon al de Victorino en exceso y que motivó que la faena con la muleta fuera de más a menos, pues el toro acabó parándose, tanto que cuando el torero lo intento con la derecha apenas si el toro tenía fuelle. Cortó dos orejas más después de una estocada ligeramente tendida y atravesada, aunque no requirió de descabello.

Con el sexto de la tarde se armó el lío. El Capea salió dispuesto a cuajar como fuera el último de la tarde. Se le vio más torero que en los anteriores, y ya desde el capote, pues además de torear bien a la verónica hizo un quite por chicuelinas con el que se metió al público debajo de la talegilla. Con la muleta toreó bien con ambas manos y con cadencia, el toro repetía, aunque ya se desplazaba menos, pero repetía y repetía con pases por abajo y naturales, hasta que el torero decidió deshacerse de la ayuda para clamor del buen toreo.

Concluida la faena cogió el estoque de verdad y cuando se disponía a matar el público comenzó a pedir el indulto de Murciano, el torero miraba a la Presidencia y al ganadero, pero ninguno accedía. El torero volvía a poner la muleta y el toro repetía, pero la suerte estaba echada. Tras una pequeña bronca, finalmente El Capea le endosó media estocada, la mejor puesta de la tarde, que acabaría con el toro doblando y el delirio en los tendidos. Vuelta al ruedo para Murciano.

Así pues, tarde de fiesta, entretenida, y benéfica, con un Capea triunfante que salía a hombros de la plaza de toros de Vitigudino ante cerca de 3.000 aficionados, y que comenzaba con la entrega de una placa al torero y al ganadero, Victorino Martín 'padre', por parte de la Asociación Cultural Taurina Vitigudinense; a la vez que se descubría una piedra en el patio de cuadrillas con el nombre de Esclavino, toro de Victorino Martín indultado tal día como hoy hace un año, en esta misma plaza, por Esaú Fernández.