La ilusión hace más grande el Tentadero de Aficionados de Rollanejo

El cuarto Tentadero de Aficionados de Rollanejo celebrado este sábado en El Cubo de Don Sancho parece no tener límites. En torno a 1.500 personas asistieron a lo que ese está convirtiendo en el evento de referencia para los aficionados a la tauromaquia en la provincia charra.

El cartel no podía ser más atractivo y completo, cinco aficionados a concurso y dos exhibiciones más, cinco exposiciones, siete grupos de sevillanas de las zonas de Vitigudino y La Fuente de San Esteban, coloquio taurino, merienda campera, dos actuaciones musicales, verbena y chocolatada fin de fiesta con obleas de Cipérez, y todo gratis.

Poco más se podía pedir a la cuarta edición del Tentadero de Aficionados de Rollanejo que organiza el Ayuntamiento de El Cubo de Don Sancho, todo quedaba en manos del público, y, este, respondió como ningún año. El festejo va a más sin que nadie sea capaz de predecir cuál será el límite, porque la excelente organización y el ambiente de familiaridad que se respira invitan a repetir.

En esta nueva edición actuaban en el concurso taurino, el vencedor de la pasada edición David Menacho (el 'boticario' de Alba de Tormes), Pedro Simón Casas (de Salamanca y representante de la Escuela de Aficionados) Héctor Criado (Vitigudino), José Ávila (Salamanca) y Julián Andrés Rodrigo (Aldeadávila). A ellos se unian en una exhibición Esther Gorjón (Bañobárez-Lumbrales) y Jorge 'Carvajal', que lidiaron de forma compartida una vaca.

Y si para la actuación de cada uno cabe un adjetivo, para todos ellos vale el de valientes, valientes por salir a un ruedo ante más de 1.000 personas y sentirse toreros delante de un animal, que aunque sin peligro aparente, saca a cualquiera de su estado emocional normal, y eso tiene mucho mérito.

Menacho, maestro con el capote; Pedro Simón Casas, atrevido; Héctor Criado, torero; José Ávila, sobriedad con la mano derecha; Julián Andrés Rodrigo, voluntad; Esther Gotjón, desparpajo; y Jorge Carvajal, pundonor. Todos ellos, con más o menos suerte o con más o menos acierto, estuvieron inconmensurables, y eso lo agradeció el público con un sincero aplauso cuando en paseíllo abandonaron el ruedo para recibir más tarde una bonita estatuilla realizada en madera y hierro obra del artista Ángel Martín Carreño, de Carpintería Hermanos Martín, de Boadilla.

Pero la tarde en Rollanejo tuvo mucho más. El colorido y la simpatía de cerca de un centenar de 'sevillanas' del Campo Charro, El Abadengo y Tierras de Vitigudino ambientaba la dehesa charra de fiesta. Y en ello participaron el Grupo de Sevillanas de El Cubo de Don Sancho; Grupo de Sevillanas de Vitigudino; Amigos del Rocío, de Salamanca; Olé con Óle, de La Fuente de San Esteban; Camino del Ajolí, de Salamanca; ?Con sentimiento, de El Abadengo; y Arte y Compás, de Martín de Yeltes. Y el punto a ese sabor flamenco lo concretaría con sus voces Sergio González 'El niño de Boadilla', y de Diana Martín, que cantó por Isabel Pantoja y Rocío Jurado. Todo un espectáculo.

Pero además, los cientos de personas que asistieron esta tarde a Rollanejo tuvieron la oportunidad de ver más arte. La cuarta Muestra de Artesanos y Artistas por Afición presentaba la exposición de escultura en piedra, a título póstumo, de Juan José Marto (1923-2013), de Lumbrales; una muestra de pintura al óleo y acrílicos de Emilio Manjón Barbero (Salamanca); otra de forja artística a cargo de José Manuel Sevillano Morales (El Cubo de Don Sancho); y una de fotografía de naturaleza de Carlos Abejón y Vicente Hernández (Vitigudino), y que este año mostraban como novedad imágenes de ejemplares de lobo ibérico, además de algunas de las especies más representativas del Parque Natural Arribes como el águila perdicera, el cernícalo primilla o el alimoche, por citar algunas. Solo al alcance de profesionales en fotografía de naturaleza. A las exposiciones de artes plásticas se sumó ?además? una exposición de ornitología con aves propiedad de los mejores criadores de la comarca de Vitigudino.

Tras la celebración de la tienta, el Aula de la Naturaleza albergaba un coloquio taurino en el que tras su conclusión estaba prevista la entrega de premios realizados por Ángel Martín, acto al que seguirá una merienda campera con carne de toro como degustación y limonada.