Y el campamento supo a poco

Cuarenta niños han participado, del dieciocho al veintiocho de julio de 2014, en Cantalpino, en un campamento que, desde hace dieciocho años, organizan las religiosas salesianas en la casa nativa de la beata Eusebia Palomino. Los diez días "han sabido a poco", ¿por qué no lo prolongáis otra semana?, eran expresiones que se escuchaban los últimos días, tanto en boca de las madres como de los niños que han asistido a dicho campamento. Un grupo de voluntarios y voluntarias, procedentes de distintos lugares de España, han colaborado con las hermanas, ofreciendo su tiempo, su creatividad y su ilusión para que los niños vivieran esta experiencia educativa. A través de diferentes actividades: apoyo escolar, talleres, dramatizaciones, bailes, juegos?, se han trabajado los valores de la alegría, del respeto, el compañerismo, el compartir, la apertura a Dios, la gratitud.

Casi sin darnos cuenta, se iban sucediendo los días. Cada jornada ha tenido un matiz especial: los colores, la ecología, los oficios, el agua, la familia, la gratitud.

Algo que todos esperan con gran interés es la fiesta final que se va preparando por grupos desde el primer día. Se confeccionan los trajes, se ensayan bailes y canciones, se decora el salón-teatro para que todos disfruten de un ambiente festivo y familiar, siendo los más pequeños de Educación Infantil, los que acaparan la mayor atención de papás, abuelos, vecinos.

Cada verano se realiza una excursión, esta vez fue a Alba de Tormes. Gracias a Ignacio Redondo, el voluntario más veterano y cocinero del campamento, pudimos disfrutar de una guía estupenda que nos explicó cómo se trabajaba antiguamente, en la alfarería y nos permitió ver "al vivo" cómo uno de los pocos alfareros que van quedando, modelaba con arte y paciencia algunas piezas de barro. A continuación, paseamos por el castillo de los Duques de Alba, subiendo los 186 peldaños de la escalera de caracol de la torre restaurada. Mereció la pena el cansancio de la subida pues nos permitió disfrutar de una estupenda vista panorámica de la ciudad y del río Tormes. Sabíamos que el III duque de Alba era un famoso guerrero, lo que muchos desconocíamos era que en Holanda era alguien tan temido que, a los niños cuando se portan mal, les amenazan con este personaje: "Mira que viene el duque de Alba", vamos, alguien parecido "al hombre del saco" o "el tío Camuñas" para los niños españoles.

Un año más, las salesianas y los voluntarios agradecemos la acogida que encontramos en el pueblo de Cantalpino, la ayuda y la disponibilidad de los miembros del Ayuntamiento, la cercanía del párroco y de las familias que nos animan a seguir ofreciendo esta experiencia a niños y adolescentes. A todos nos une la admiración y la simpatía hacia esta religiosa de origen tan humilde, Eusebia Palomino Yenes, una niña mendiga, que se hizo salesiana, desgastó su vida entre los niños y jóvenes, y que fue beatificada hace diez años; ella sigue escuchando con amor las súplicas de tantas personas que, con sencillez, acuden a su casa confiando en que interceda en sus necesidades. Nos despedimos hasta el próximo verano.

Mercedes Rodríguez

GALERÍA DE FOTOS DEL CAMPAMENTO SALESIANO (Fotos Manu Hierro)