Cosas de familia…

Recuérdenme, mis dilectos lectores, que regularice la herencia de mi muy reverendo padre. No piensen que es mucho, unos cuantos milloncejos que me dejó en Suiza por aquello de que cae a mano y así no mete mano haciencia. A mí no me ponen ni Montoro ni De Guindos, con lo cual, agradezco infinito a mi bieamado progenitor que fuera tan diligente y pensara en mis hijos y sus mujeres y amantes varias. Uno tiene muchos gastos para que venga hacienda y encima, le dé un mordisquito a esta herencia que debo respetar porque es la última voluntad y testamento de quien no se puede defender de ser un traidor al soberanismo. Qué manía de mezclar lo personal y particular con lo político e independentista, menos mas que llega Mas a decir que son cosas de familia, menos mas que se me ocurre hacer un mea culpa público y púdico y púbico antes de que lleguen los del cuarto poder a dejarme en bragas en todas las portadas. Mis bragas salvo un par de ellas son del Carrefour, con lo cual, miren el interés que tengo yo de parecer una potentada. La cosa se resume muy fácilmente, en treinta y tantos no he tenido tiempo de regularizar ese dinero, díganme cómo me las apaño para dirigir la Generalitat, a toda esa montonera de hijos, las ansias vivas de capital de la señora parienta y encima, poner en marcha la máquina del independentismo. Uno no tiene tiempo de ir a Suiza, darse un voltio para comprar relojes y chocolates y regularizar la cosa de la pela? porque si se pone rumbo a los países del Caribe la opinión pública piensa que no vas a poner hoteles, sino a descansar en la playa, pero si te largas a Suiza malo? nadie piensa que vas a esquiar? todo huele a dinero. Y el honorable no solo debe serlo, sino también parecerlo. Conclusión, que en todo este tiempo de bula mediática no he podido regularizar ese dinerín, y ahora que a los de hacienda meten las napias donde no les llaman, pues se pide disculpas, se alude a mi reverendo donante y ya. El que quiera pensar mal que se fastidie.

Es que en este país son unos desagradecidos, con lo bien que está esa herencia en Suiza, alimentando el producto interior bruto de Heidi por si acaso mi prole lo necesita para la causa independentista, y vienen ahora estos rematados del PP a decir que todos somos iguales, cuando es bien sabido que España nos roba y hacienda no va con nosotros. Resumiendo, que esos milloncejos helvéticos, que me han dejado en una herencia tan cara para mí como cara tengo, es un asunto familiar, privado y lleno de reconocimiento hacia mis queridos ancestros. Que no lo dude nadie, y si acaso, que venga Mas y lo vea, me disculpe y a otra cosa mariposa, como la de que repitamos y reiteremos que España nos roba.