General de los Agustinos: “La Iglesia tiende a clericalizar todo; por eso es necesario abrirla a...

El Colegio San Agustín ha acogido esta semana el Capítulo para abordar el futuro de la Provincia Agustiniana Matritense, a la que está adscrita Salamanca. La preocupante falta de vocaciones en España; la renovación de las estructuras, encaminada asimismo hacia la fusión de provincias; el necesario papel de los laicos para no clericalizar tanto el trabajo eclesial o la trayectoria de Benedicto XVI, del que es gran defensor, y de Francisco, son algunas de las cuestiones que ha abordado en una entrevista con SALAMANCArtv AL DÍA.

Fr. Alejandro Moral Antón (OSA) fue elegido prior general de la Orden de San Agustín, el 4 de septiembre de 2013, día de la patrona de la Orden, Nuestra Señora de la Consolación. Nació en La Vid (Burgos) en 1955 y ha ocupado importantes cargos dentro de la curia general de los agustinos, como vicario general, consejero y procurador General y responsable de Justicia y Paz. Se encuentra en Salamanca presidiendo capítulo provincial de la Provincia Agustiniana Matritense, que se celebra en el Colegio de San Agustín.

Pregunta- Hace menos de un año que ha sido elegido Prior General ¿Cuáles son las prioridades más inmediatas?

R- La prioridad que después de este año considero más importante, y que he experimentado en las comunidades, es que tenemos que centrarnos más en nuestro carisma, en la comunión con los hermanos. Centrarse en la vida comunitaria, reforzar, como dice la regla, en esa unión con Dios, ir y caminar juntos hacia Dios. Me he dado cuenta que si falta eso, las comunidades están vacías para realizar su misión. Sin embargo, las comunidades que viven realmente esa comunión entre los hermanos, después realizan mucho mejor la misión, tienen más fuerza, se ayudan más, hay solidaridad. Trabajan mucho mejor, de cara hacia fuera. Por lo cual yo creo importante reforzar ese aspecto comunitario. Lo planteé también entre las propuestas en el Capítulo General. Esa era una. La comunión, está también orientada a recomponer las comunidades desde la compasión. He hablado mucho de la compasión hacia dentro, hacia nosotros. Los hermanos como en una familia, tienen su propia vida. Entonces, es necesario también que haya reconciliación, que haya perdón, que haya respeto; para llegar a la amistad tiene que trabajarse desde estos aspectos concretos. Y para mí la compasión, es como la compasión de Dios, hacia sus hijos que somos nosotros; pero también, compasión hacia los hermanos para componer las comunidades y para poder realizar luego la misión.

Pr-¿Aunque las vocaciones han crecido en el mundo, cómo están en la Orden, sobre todo en Europa?

R- Bueno, hay crisis en Europa, pero mucho menos que hace 10 años, es curiosísimo. Yo por ejemplo ahora tengo dos holandeses que vienen a Roma porque quieren ser agustinos, a quienes conozco bastante bien, incluso conozco a sus familias porque he estado con ellas. Tenemos algún alemán. En Irlanda después de veinte años surge alguna vocación. Pocas, no vamos a lanzar campanas al vuelo. Están surgiendo vocaciones en lugares donde no estamos presentes, en Vietnam, el sur de Sudán, Haití, en Mozambique, pero no tenemos espacio, porque en África, sí, hay muchas vocaciones y hay que seleccionar mucho. Curiosamente, están surgiendo vocaciones en Estados Unidos desde hace cinco años. Tenemos casi treinta procesos, tanto de los hispanoparlantes, hijos de hispanos, como de gente autóctona. Es muy curioso, porque son universitarios, gente que ha terminado la universidad y se han sentido llamados. Tuvimos en Junio el capítulo de una de las provincias, pude verme con los estudiantes, y aquello que me habían comentado, pudo hacerse realidad. Están teniendo entre siete y diez novicios cada año de las tres provincias unidas.

Donde tenemos más crisis ahora en las provincias agustinianas es en España. Nos planteamos siempre el tema, porque quizás dentro de toda esa reestructuración, nosotros no la hemos realizado todavía. Seguimos tratando de atender las necesidades inmediatas, y eso nos quita fuerzas para el trabajo vocacional. Pensamos que es prioritario, pero como estamos metidos en otra misión, los provinciales tienen al final que ajustar esas obligaciones. Por ejemplo, este centro (Colegio San Agustín) con la ciudad de Salamanca, que lógicamente hay que atenderlo. Si hemos estado acostumbrados a tener cinco o seis, no vamos a dejar a dos personas. Pero si no quitas ninguna persona de aquí, y en otro sitio han fallecido durante este último año diez, doce, quince personas, cada vez muere más personal, entonces el aspecto vocacional se queda relegado por estas obligaciones. La reestructuración es necesaria y nos va hacer mucho bien. Nosotros decimos que no es juntar tres entidades o cuatro, que van muriendo, digamos que van teniendo menor número de personal, sino que es necesario verlo desde una motivación nueva, una hospitalidad nueva. ¿Cómo podemos ver en el mundo de hoy, a la sociedad de hoy desde nuestro carisma? No se trata de juntar entidades muertas, sino tratar de dar una nueva respuesta, por eso también es necesaria la reestructuración.

Pr- En el 2012 se organizó en Roma un congreso de laicos agustinos, ¿qué pueden aportar los laicos a la orden y la iglesia?

R- Hoy esas preguntas se contestan desde el concilio del Vaticano II. Lógicamente, nosotros hemos clericalizado mucho siempre el trabajo y seguimos clericalizándolo todo. Es verdad que los laicos cada vez están más preparados y pueden hacer muchos más servicios. En muchas circunscripciones el laicado está encargado de la promoción vocacional. El domingo llegué de México y una de las dos provincias que tenemos en este país ha incluido una propuesta en la que habla de que el laicado se ocupe de esa promoción vocacional de lo religioso. Lo hacen mucho en Brasil, desde hace diez años. Hay lugares donde el laicado funciona muy bien, y otros lugares donde está más clericalizado. Y, por ejemplo, hay diferencias. Como en aquí, en Provincia Matritense, donde el laicado está más implicado en sus colegios porque tiene menos religiosos, que en la provincia de España, donde todavía todos los directores son religiosos. Es la necesidad la que nos ha ido abriendo las puertas al laicado, cosa que no debería ser así. Ellos reclaman su puesto dentro de nuestra vida, y nosotros a veces pensamos, que quieren venir a vivir al monasterio, y no es eso, no quieren venir al monasterio. Pero reclaman algo que les corresponde y que además nos haría mucho bien. Queda un desafío grande todavía.

Pr- ¿En qué sentido hay que renovar la vida religiosa hoy?

R- Hay varios sentidos en los que habría que renovar la vida religiosa, creo yo. Primero, como decía, para renovar las comunidades, tenemos que renovarnos cada uno, es decir, esa actitud de conversión continua de sencillez, la que es tan difícil lograr, necesita un trabajo psicológico también. Ahí tenemos que renovarnos siempre, porque la fe nos lo exige. Es la conversión de la que habla el evangelio y eso lo realizamos todos y cada día. Aunque todos tenemos, como personas que somos, tentación, a tener más, a querer más, a ponerme yo por delante de los demás, y para no ser así, tenemos que trabajar la fe. Esa renovación personal llevaría a la renovación con Dios. Pero también el mundo de hoy corre muy deprisa. Los Medios de Comunicación por ejemplo. Hace unos días tuvimos un nombramiento de un nuevo obispo nuestro y en nuestra página web ha tardado tres días en salir la noticia, y se la habíamos enviado el mismo día. Desde el Vaticano se insiste en aprender a usar los medios de comunicación. Trabajar por ejemplo lo que está haciendo el Papa a responder a la gente. Hay problemas enfocados desde un modo de ver las cosas de siempre, y no somos capaces de dar una respuesta en estos tiempos. Tenemos que darla, puesto que el mundo va cambiando, y hay que comprobar la teología y el mundo cristiano en el mundo que existen. Hace 20 siglos era distinta a hoy, y dentro de 20 siglos será distinto. Hay que observar todas las circunstancias sin dejar lo fundamental, es decir, buscar lo nuevo, la novedad, la creatividad desde la esencia que nosotros tenemos desde nuestro cargo.

Pr- Salamanca ha sido una ciudad a una Universidad pegada y la presencia de la Orden agustiniana históricamente en la ciudad es muy importante ¿Qué importancia tiene en la Orden el estudio?

R- La orden de San Agustín ha tenido grandes intelectuales siempre, y la Provincia Matritense se ha dedicado más al estudio. Ha sido otra provincia, la de Filipinas, cuya sede central está en Valladolid, la que se ha dedicado más a la misión, pero esta, en la que está radicada Salamanca, son muchos los agustinos que han dedicado su vida al Estudio, a la Universidad. San Agustín tiene un puesto importante, no sólo en la Iglesia. Yo creo que en el mundo moderno, en el mundo de siempre, San Agustín debe tener un lugar importante, porque es un hombre que se plantea toda la existencia humana y ésta, no se puede entender sin la existencia Dios. Intenta dar una respuesta a todos esas preguntas que llevamos todas las personas. Es un gran sabio. Es una persona

profunda y nos ha dejado una tradición de estudios, que la Orden ha mantenido y en ella se han encontrado grandes estudiosos: Tomas de Villanueva, Alonso de Orozco, etc, que han estado aquí, en esta comunidad de Salamanca y desde aquí, después, han realizado su misión en otros sitios. De Fray Luis de León se dice, que el libro de Los nombres de Cristo es la obra mejor escrita en castellano. Tenemos ahí una tradición. Se ha cultivado y quisiéramos seguir cultivándola. ¿Cuál es el problema que tenemos en ese sentido ahora? Tenemos muchas vocaciones que vienen de Latinoamérica, que vienen de África, que no conocen esa tradición, como la hemos conocido en Europa, porque los italianos han tenido grandes maestros, los alemanes, etc; sin embargo estas nuevas vocaciones, les queda muy lejos, y ahí tenemos un reto, porque a veces no han tenido estudios, ni primarios ni siquiera. Al realizar la selección de estas personas ves que es una persona que es capaz, que quiere vivir como agustino, que tiene buena intención, que puede hacer lo que cualquier otro agustino muy bien, y no puedes dejarle fuera por no tener los estudios primarios, tienes que ir formándole. Ahí tenemos una dificultad grande. Por eso, queremos reforzar nuestro centro de estudios de Roma, que es donde vienen muchos de ellos a formarse. Tenemos el Agustiniano de Roma, Instituto Patrístico Augustinianum, que es el centro más conocido universalmente en estudios patrísticos, queriendo continuar la tradición de San Agustín.

PR - ¿Qué retos se ha planteado la Orden para los próximos años?

R- Tiene distintos retos lógicamente. Un reto es el de adaptar nuestra vida comunitaria, como he dicho que es fundamental, para responder a la misión que vaya surgiendo en cada momento. Un aspecto importante de la misión hoy son los pobres, los necesitados, los inmigrantes. A mí me parece que en Europa no hemos sabido responder. Tenemos muchos otros en África, muchos en Latinoamérica. Hemos estado presentes y se han creado centros para formación, escuelas. Y lógicamente todo es compromiso desde aquí, pero no somos capaces de leer los signos de los tiempos actuales; por ejemplo, la inmigración es un problema. Son más de tres mil millones de personas que se están moviendo en el mundo de un sitio para otro, que están dejando sus casas, sus familias; es un trauma enorme. San Agustín tiene algunas frases que no se conocen y que son muy buenas sobre este tema. Para él, los pobres eran el centro de la acción religiosa. Hace poquito tiempo, en Iquitos, se ha realizado una exposición sobre el pensamiento de San Agustín en este sentido. Este es el reto que tenemos, uno de ellos, no el único. Otro, efectivamente es responder a los retos del mundo de hoy, también intelectualmente. Abrir la Orden a este mundo, allí donde estemos presentes. Por ejemplo, trabajamos mucho para la paz en Nigeria.

Pr- Tal vez desde Roma se ve la Iglesia de forma más privilegiada ¿Se van a dar cambios importantes con el papa Francisco?

R- Bueno, para ser justos, yo diría que los cambios importantes empezaron con Benedicto XVI. Ha sido el Papa maltratado por la prensa, porque no se entendió bien que su trabajo, su misión era Congregación para la Doctrina de la Fe. Hizo muy buen trabajo, lo que pasa que es un hombre que nunca levanta la voz y no se reconoce ese trabajo. Ya presentó denuncias al Papa Juan Pablo II por temas internos de la Iglesia, que después por otros motivos quedaron sin solución. Y él fue el que dijo que había que limpiar el Vaticano antes de ser Papa en aquel Vía Crucis famoso cuando Juan Pablo ya estaba bastante mal. Fue él el que creó una comisión de la banca vaticana limpiándola con una conciencia cristiana profunda. El Papa Francisco tiene un lenguaje nuevo, es un pastor que está convencido de que hay que vivir de un determinado modo, sobre todo desde una autoridad en consonancia con el Evangelio. Él tiene un principio claro, todos somos hijos de Dios y hay que vivir como hermanos. Entonces, todos debemos comprometernos con todos. El Papa tiene frases monitorizadas en este sentido. Nosotros no podemos vivir como unas personas que tienen unos medios económicos, sino tenemos que vivir dentro de la coherencia correspondiente en nuestra fe y como te exige el Evangelio. Pero yo valoraría esta primera misión realizada por Benedicto XVI, que ha sido para mí un Papa extraordinario, no a nivel de gobierno, sino en este sentido. Y ahora este Papa, tiene una visión clara desde el Evangelio y pastoralmente lo está realizando.

Pr- Cerramos la entrevista con algo fundamental, con la esencia del ser cristiano, el amor. Esta palabra, amor, recorre todas las páginas de la Biblia y en especial en 'El Cantar de los Cantares', texto que tradujo e influyó en la obra de otro gran agustino, Fray Luis de León.

R- El Papa Benedicto XVI ha hablado de ese tema. En 'Deus Caritas est' tiene partes de ese comentario de las cartas de Fray Luis de León. Ese escrito es precioso, está bien hecho, incluso los profesores más prestigiosos del mundo dicen siempre que la traducción de Fray Luis de León les gusta tanto. Pues sí, yo creo que la palabra 'amor' está en toda la palabra de Dios, en toda la Biblia. Dios está presente en todos los cánticos del Cantar de los Cantares en una manera, no sé si más humana, o más profunda. San Agustín da mucha importancia a esto y, efectivamente, para él el amor es el peso de nuestra vida y siempre aparece en su obra. De hecho, habitualmente aparece con un libro y un corazón en la mano, expresando ese amor. Que es lo que pide para sus religiosos, para nosotros, cuando pide vivir en amistad, vivir en comunión. Él dice que el compartir los bienes es necesario porque sin eso no puede haber comunión, pero sin la caridad desde luego todo lo demás no, ni en la familia, ni al vivir la vida religiosa te vas a entender como un gran agustino. El amor hay que llevarlo en la vida, tanto a nivel personal como a nivel comunitario. Y lógicamente Fray Luis de León lo tiene muy bien expresado en el libro del Cantar de los Cantares. Un hermoso libro muy bonito por sus versos.

Juan Antonio Mateos / Rodrigo Marcos