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Un nuevo ataque de cánidos deja una cabra muerta y tres heridas en Barruecopardo
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MÁS DE 40 RESES MUERTAS EN LA ZONA

Un nuevo ataque de cánidos deja una cabra muerta y tres heridas en Barruecopardo

Actualizado 01/07/2014
Redacción

El suceso tenía lugar ayer lunes en una parcela del paraje conocido como el Candenal, situado en las cercanías de la carretera de Saucelle

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Un nuevo ataque de cánidos dejó ayer lunes en Barruecopardo una cabra muerta y tres heridas, daños que la propietaria de la explotación, Isabel Rebollo, cuantifica en 300 euros, además de los costes de tratamiento veterinario para una de las cabras heridas, que como asegura, "será difícil que salga adelante".

En esta ocasión el ataque tuvo lugar en una parcela situada en la carretera entre Barruecopardo y Saucelle, en el paraje conocido como El Candenal, y probablemente se produjo a primeras horas de la mañana, pues según un ganadero de otra explotación cercana, "sus mastines se alborotaron a primera hora", lo que podría ser consecuencia de haber percibido el suceso.

Aunque no se descarta que pudiera ser algún animal salvaje, todos los indicios apuntan a que la autoría de estos ataques corresponden a dos o tres perros errantes o asilvestrados que merodean por la zona. Una de las cuestiones que hace pensar en perros es la escasa carne que ingieren de sus víctimas una vez concluido el ataque, además de las zonas donde se producen, muy frecuentadas por ganaderos y agricultores.

Este es el último de los ataques registrados en esta zona del Parque Natural Arribes y que se atribuyen a varios perros asilvestrados. Junto a este ataque en Barruecopardo, también se han registrado daños en Cerezal de Peñahorcada, Mieza y Vilvestre, y en algunos casos, como en Barruecopardo, son varios los sucedidos en los últimos meses y que han dejado un saldo de más de 40 reses muertas de ovino y caprino.

Ante la situación que viven los ganaderos, ayuntamientos como el de Cerezal de Peñahorcada han solicitado a la Consejería de Medio Ambiente la autorización de batidas con la colaboración de los cazadores. Estas autorizaciones permiten abatir perros errantes asilvestrados y que son en gran medida los causantes de unos ataques con cuantiosos daños para los ganaderos, pues la mayoría de las explotaciones carecen de seguro contra ataques de cánidos.

De forma excepcional, solo cuando los daños son considerables, se autoriza este tipo de prácticas, generalmente batidas diurnas para las que se autorizan la participación de tres cazadores y varios ojeadores. También, en las facultades que le confiere la Ley de Caza, la Consejería de Medio Ambiente puede autorizar aguardos o esperas, bien diurnas o nocturnas, al propietario de la explotación y que debe llevar a cabo un cazador autorizado.

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