Vistoso festejo mixto en El Cubo de Don Sancho con Roberto Almendáriz y Héctor ‘Moronta’

FICHA DEL FESTEJO

Dos toros y un eral: ambos de la gandería de Rollanejo. Los primeros, bien presentados. Todos ellos dieron juego en la lidia.

Roberto Almnedáriz: dos orejas, y una oreja.

Héctor Hernández 'Moronta': una oreja.

Entretenido festejo el vivido este sábado en la plaza de tientas de Rollanejo, de El Cubo de don Sancho, con motivo de las fiestas del Corpus, festejo mixto en el que intervinieron el rejoneador Roberto Almendáriz y el novillero de Vitigudino Héctor Hernández 'Moronta', y que tuvo un gran suspense tras la cogida que sufriera el banderillero José María Santos Gallito.

Se lidiaron dos toros para el caballo y un novillo a pie y que corrió a cargo de la promesa vitigudinense, los tres de la ganadería municipal de Rollanejo. El primero de los astados dio un buen juego al rejoneador, bien presentado, aunque ?como es preceptivo? con los pitones despuntados; tuvo movilidad y permitió el lucimiento al rejoneador, tanto que obtuvo dos trofeos. El segundo fue de más a menos, y tras las banderillas se aplomó sobre el albero, por lo que Almendáriz tuvo problemas con el rejón de muerte. Aún así, se llevó una oreja.

Menos vistoso apareció el novillo que toreo Héctor 'Moronta', bizco, aunque de buen juego, especialmente por el pitón derecho y que supo ver el novillero vitigudinense.

Armendáriz estuvo prodigioso con las banderillas, demostró buena doma en sus caballos y puso banderillas cortas en ambos toros. Sin demasiados alardes, encandiló al público y demostró estar preparado para algo más. Buena faena a sus dos toros, y solo la muerte en el segundo le privó de un éxito rotundo, pues el toro le ayudó muy poco o nada a partir del segundo rejón de castigo. Tal vez con uno hubiera sido suficiente.

El primer toro lo mató bien, con un solo rejón y bien colocado, aunque el astado tardó en doblar. Esto motivó la intervención de José María Santos 'Gallito', que acudió en ayuda del resto de compañeros en la cuadrilla del rejoneador, con tan mala fortuna que, en un arreón, el toro lo pilló por sorpresa levantándolo por los aires para caer al suelo, propiciándose un fuerte golpe en la cabeza que resonó en toda la plaza.

El público pensó en lo peor, el torero no se movía y el resto de la cuadrilla no lograba quitarle el toro de encima, hasta que finalmente desistió y permitió la retirada del banderillero del ruedo. Fueron 25 segundos dramáticos, casi eternos. Tras llegar al quirófano móvil de la plaza, el torero recuperó la consciencia, fue curado de una cornada en el muslo de la pierna derecha y de algunas heridas superficiales. También le fue colocado un collarín para su traslado a un hospital a Salamanca.

Buena actuación del Vitigudinense

Héctor 'Moronta' llegó con ganas a Rollanejo, y de ello dejó constancia nada más pisar el ruedo, aunque se le puedo apreciar cierta preocupación por el grave percance que había sufrido minutos antes uno de sus subalternos. Héctor lo intentó a la verónica y tras dos buenos pares de banderillas de sus ayudantes, tomó la muleta con la mano derecha. El novillo iba. Cambió de mano en esas probaturas iniciales de la faena, pero el de Rollanejo se colaba, así es que el de Vitigudino volvió con la diestra para extender el brazo y torear con gusto hasta brindar al respetable varias tandas que levantaron los 'olés'.

Finalmente la espada le quitó lo que había ganado con la franela. El animal mostró falta de fijeza en este tercio, tal vez por encontrarse demasiado cansado después de una faena larga del novillero. El eral no quería más batalla y eso perjudicó al torero, al que le entraron las prisas y tardó en ver otros terrenos. Cortó una oreja.

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