La iglesia de Santiago se convertirá en un Museo de Alfarería permanente

El barro es, sin duda, seña de identidad de Alba de Tormes, barro que han moldeado con maestría alfareros y ceramistas durante generaciones. Cazuelas, botijos, tinajas, barreños, platos, pucheros o purriancho, cántaros, jarras, orinales o barriles han salido de sus alfares, decorados con greda (arcilla de color rojizo) y juaguete (color blanco), y con la exclusiva filigrana que consiste en enasar vasijas: una superposición escalonada de asas entre las que se intercalan pequeños motivos, adornos y figuritas.

Esta historia y este arte contarán en unos meses con un espacio museístico propio que se situará en la iglesia románico mudéjar de Santiago. El Ayuntamiento ultima los trabajos de acondicionamiento en el templo, propiedad del Patronato Santiago y San Marcos, que ha dado el visto bueno al proyecto y ha firmado un convenio que prolongará la cesión de la iglesia hasta el 8 de septiembre del año 2040.

En total la inversión para el Museo de Alfarería de Alba de Tormes asciende a 60.000 euros aproximadamente, de los que 38.900 aporta la Junta de Castilla y León, mientras que el Ayuntamiento invierte 21.000 euros. El nuevo espacio cultural será además Punto de Información Turística.

El museo incorpora un coladero

El proyecto, redactado por el arquitecto municipal Juan Carlos García Fraile, contempla un patio de 50 metros cuadrados con un coladero, recepción, una zona expositiva de las piezas de alfarería que se situarán alrededor de la iglesia, permitiendo la instalación de otras exposiciones en el centro, y una zona didáctica de unos 30 metros cuadrados, donde se establecerán mesas de trabajo y cursos de alfarería.

Curiosa y acertada es la instalación de un coladero, que brindará la oportunidad de conocer uno de los procesos más desconocidos y menos difundidos de la alfarería albense. Los coladeros eran el lugar donde los alfareros llevaban a cabo la elaboración y preparación del barro. Allí vertían la tierra extraída en los barreros y realizaban la mezcla, la mitad se componía de barro rojo o fuerte y la otra mitad del amarillo o "pizarrilla", siendo este último el que facilita que la cerámica no se rompa durante el torneado.

Posteriormente la tierra recogida se vertía en la pila, se mezclaba con el agua y se dejaba ablandar durante un par de horas. Después, se batía esa mezcla, durante aproximadamente una hora. El siguiente paso consistía en eliminar del barro todas las impurezas, con una criba se limpiaba y se trasladaba de una pila a otra. Allí permanecerá durante una semana, hasta que se evapore todo el agua y se extraiga colocándolo sobre cenizas para que el barro quede limpio de cualquier impureza. El último paso consiste en fraccionar esa masa de arcilla en pellas, que se trasladan posteriormente a la alfarería.

Carácter didáctico

Será una exposición de carácter didáctico para los albenses y para los turistas que la visiten, un recorrido por la historia de la alfarería, presentando por un lado los materiales y herramientas usadas por los alfareros y por otro la evolución de las piezas a lo largo de los años. La hasta ahora más completa exposición sobre el trabajo de los alfareros, 'Alfarería Albense: Tradición, historia y futuro', organizada por el Ayuntamiento de la villa dentro de los actos con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús, logró reunir más de 200 piezas, mostrando la obra de 30 alfareros y ceramistas.

Piezas

El Ayuntamiento de Alba de Tormes ha enviado un total de 50 cartas a personas, casi todas de Alba de Tormes, vinculadas directa o indirectamente con la alfarería albense. La idea del ayuntamiento es reunirse con estas personas para presentarles el proyecto del Museo de Alfarería y la forma que se conservarán las piezas, que estarán protegidas por vitrinas.