Un Tormes en el cielo

Un río en el cielo, un río similar al Tormes, eso es lo que Isidro de Sales debería encontrarse cuando le abran las puertas de lo eterno. Lo pido porque me gustaría que allí fuese feliz, porque allí podría explicar a todos los aficionados la maravilla fluvial que Alba de Tormes atesora. Lo pido porque en sus aguas, Isidro de Sales acarició el cielo.

Quiero un Tormes en el cielo, para que Isidro de Sales imparta lecciones sobre como dominar el arte de la pesca, que enseñe sus trucos y técnicas. Solamente pido un río Tormes, para que Isi encuentre allí su trozo de cielo, un espacio para continuar materializando sus sueños.

Isidro de Sales y Wences Moreno

Quiero un Tormes en el cielo para que Isidro vuelva a reencontrarse con su buen amigo Wences Moreno, por su amistad y por todo lo que "Isi" siempre me contaba. Isidro de Sales fue testigo de excepción de las actuaciones del señor Wences y de sus bromas, así lo atestigua Jorge San Román, autor de La extraordinaria vida del Señor Wences.

Su afición por la pesca consolidó esta amistad, Wences Moreno siempre llevaba a pescar a Isidro de Sales y le metió en el cuerpo la afición. Con el paso de los años, Isidro de Sales se convirtió en un reconocido pescador, premiado en la prestigiosa Semana Ibérica de Valladolid, y era habitual verle fotografiado con sus trofeos de pesca en numerosas revistas especializadas.

Él fue, además, el promotor, en colaboración con la Federación Castellano Leonesa, de las Jornadas de Pesca de Alba de Tormes, en las que se organizaba una exposición donde se exhibía el sofisticado material de pesca que Wences utilizaba: la rapada, la costera, una caña de bambú resfundido, que en la época "costaba el sueldo de un albañil", y sus carretes Penn Senator, de fabricación americana, o el "condón" de las cucharillas de tres anzuelos, para evitar enganchones en los bolsillos. Un material que una vez tuve la oportunidad de ver y tocar.

Un día de pesca

Aunque suene a tópico, Isidro nos dejó practicando su gran pasión y lo hizo además en una gran día de pesca en Alba de Tormes. Ayer, tanto las playas viejas como la Isla de Garcilaso y todos sus alrededores, se convirtieron en un hervidero de pescadores y allí en el centro del Tormes estaba Isi, presumiendo de su río Tormes y seguro que impartiendo sus conocimientos sobre pesca a todo aquel que se acercó a él, como siempre hacia, como siempre hará.

Gracias Isi por tus mensajes y llamadas siempre que algo rondaba el Tormes. Ayer ya los eché de menos. Acaricia el cielo, que el Tormes no tardará en llegar.

Roberto Jiménez