Un avión a baja altura ‘visita’ a los Amigos del Alguacilillo en su prueba del caballo

Como es tradición desde hace algo más de tres lustros, los primeros en 'estrenar' la arena de la Plaza Mayor mirobrigense han sido los Amigos del Alguacilillo, que a primera hora de la tarde del Jueves de Casetas desarrollaron su clásica prueba del caballo, que tiene como objetivo que el caballo que montará la alguacililla estos días se adapte al coso mirobrigense.

En este sentido, los Amigos del Alguacilillo decidieron realizar exactamente el mismo ritual que harán estos días, comenzando en las antiguas Cocheras de Alipio en la Rúa del Sol. Con Patricia Zamarreño ya a lomos del caballo, de nombre Romero, se hizo el camino hasta la Plaza Mayor por las calles Gigantes y San Juan.

Una vez en el ágora, hubo que esperar un poco para iniciar la prueba, debido a la presencia de una furgoneta de un constructor que todavía estaba rematando su tablao, y de un camión de bomberos, que había acudido hasta allí por un atasque en un bar de la Plaza.

Tras su marcha, dio inicio la prueba, con usuarios de Asprodes y residentes del Hospital de la Pasión como testigos a pie de Plaza (además del concejal de Festejos, Cristian González). Asimismo, en los tablaos hubo algunos mirobrigenses presenciando la prueba, que siguió la liturgia habitual, calcando lo que ocurrirá a partir del sábado con el despeje de Plaza, el paseíllo con los diestros, y por último la carrera final de Romero, tras la cual la alguacililla intentará coger las llaves de los toriles que le lanzará el presidente.

Esta prueba del alguacilillo tuvo una visita 'aérea': mientras se estaba en plena prueba, un avión pasó a muy baja altura (según los sistemas de radares se trataría de un avión usado para negocios, un Dassault Falcon 20), sorprendiendo a todos los presentes, sin que diera tiempo a tomar una imagen del mismo.

Finalizada la prueba, los miembros de la Asociación, junto a los residentes del Hospital de la Pasión, se dirigieron hacia las puertas de la Iglesia de San Agustín, para cumplir con el ritual de colocarle ?el encargado de subir a hacerlo fue Enrique González- un pañuelo morado del Alguacilillo a la imagen de San Agustín que hay en la fachada para que proteja a todos los que tomarán parte en los espectáculos taurinos. Asimismo se le colocó un ramo de flores.

Como cierre, se recitó la misma coplilla que se interpretará a partir del Sábado justo antes de cada evento taurino de la tarde en la Plaza Mayor para pedirle protección a San Agustín.