El convento de Vitigudino incorpora a sor Gema como nueva monja contemplativa
La ceremonia fue presidida por el padre Jesús Lanao, Agustino Recoleto, concelebrada con los párrocos de Vitigudino y sacerdotes agustinos recoletos
Acompañada por sus padrinos, la priora y 12 compañeras en el convento de Santo Toribio de Liébana, de Vitigudino, sor Gema María de la Santísima Trinidad tomó este viernes los votos perpetuos de castidad, pobreza y obediencia para entregar así su vida a Dios. De esta manera entraba a formar parte del grupo de Agustinas Recoletas que mantienen con vida el convento vitigudinense dedicado a la vida contemplativa.
Sor Gema, de 26 años y natural de Tanzania, hace seis años ingresó en esta comunidad de Agustinas Recoletas para seguir todos los pasos de formación que establecen sus Constituciones: Aspirantado, Noviciado y Profesión simple, para dar este viernes el paso definitivo hacia la Profesión Solemne, sumándose así a la larga lista de religiosas que han pasado por este convento de vida contemplativa desde su creación hace más de 400 años. En este acto, Gema tomaba los votos de la mano de la superiora, la madre Berta Teresa Feijó.
Este era por tanto un momento muy especial para las Agustinas Recoletas de Vitigudino, para la congregación en su conjunto y para la parroquia vitigudinense, pero incluso más para los que han sido en este tiempo sus padrinos, Natividad García López y Juan Tomás Vicente, que son su familia en España, dispuesta siempre a escucharla a través de la doble reja.
La ceremonia religiosa estuvo oficiada por varios sacerdotes agustinos recoletos y dos de los párrocos de Vitigudino, Francisco Fraile y José Antonio Andújar, siendo presidida por el sacerdote de esta orden, Jesús Lanao. A lo largo de la eucaristía, Gema firmaba en el libro del convento entregándose a Dios por el camino místico de la sabiduría humana, juraba los votos de castidad, pobreza y obediencia "por 1.000 años", y se postraba en el suelo frente al altar donde María Zhang YueChun, religiosa procedente de China y que llegó a este convento hace algo más de dos años, fue la encargada de cubrirla con pétalos de rosas.
Al final de la ceremonia, Sor Gema, recibía las felicitaciones de las hermanas, los sacerdotes, así como de sus padrinos y todos los asistentes a este acto, seguidamente tendrían un convite para celebrar el momento.
Actualmente esta comunidad contemplativa la integran 14 hermanas procedentes de cuatro continentes diferentes. En su mayoría son de nuestra provincia a las que se suman otras religiosas de China, Perú, Tanzania y Venezuela. Las Hermanas siguen haciendo presente el carisma de la contemplación desde la espiritualidad de San Agustín teniendo "un solo corazón y un alma sola".