Libre te quiero

Siempre hay una melodía de fondo, en las películas de Basilio Martín Patino, que parece venir de muy lejos. En ocasiones, se acerca y usurpa el espacio de la escena de la película, para acceder al primer plano y hacérsenos más patente.

Es una melodía antigua, que procede del mundo de la raíz. Es una melodía de la tierra, que revela todo lo primordial, no para ser captado de modo racional, sino de forma emotiva. Es una melodía que procede del corazón de Salamanca, de nuestro mundo ancestral y campesino.

Si queréis escucharla, ved dos de sus películas: 'Los paraísos perdidos' (1985) y 'Octavia' (2002). Apela tal melodía a la emotividad; pero, al tiempo, percibimos enseguida que es un modo de conocimiento. Acaso, en esa melodía se encuentren algunas de las significaciones profundas de la psique y del talante creador del cineasta salmantino Basilio Martín Patino, que acaba de dejarnos a los 86 años de edad.

Basilio Martín Patino es uno de los directores españoles de cine más fascinantes. Siempre albergó en su vida y en su quehacer cinematográfico una rebeldía y una inquietud, de tipo social y existencial, que se plasma en todas sus películas.

Desde 'Nueve cartas a Berta' (1966), esa película iniciática, en la que la ciudad, Salamanca, se le queda pequeña a las inquietudes del protagonista, y en la que aparece el pueblo de Valero, donde va a ver al tío cura, película que nos evoca también la 'nouvelle vague' francesa; hasta 'Libre te quiero' (2012), ese documental rebelde sobre el 15-M; pasando por 'Canciones para después de una guerra' (1971) o 'Queridísimos verdugos' (1973); toda la cinematografía de Basilio Martín Patino surge de una conciencia crítica y disconforme con la realidad española, aunque nunca abandona ese sesgo existencial, tan contemporáneo, que procede, además de su propia andadura vital, de los existencialismos europeos, que surgen de ese profundo malestar del individuo en la sociedad contemporánea que le toca vivir.

Salamanca ha aportado mucho al cine español contemporáneo. En el segundo lustro de los años cincuenta del siglo pasado, se desarrollaron en nuestra ciudad las ya míticas 'Conversaciones sobre el cine español' (1955), en las que gentes como los salmantinos Basilio Martín Patino o Luciano G. Egido tuvieron un destacado papel, además de otras figuras del cine español, como Juan Antonio Bardem, entre otros.

Y también la no menos mítica revista 'Cinema universitario', en la que reza: "Redactores: Luciano G. Egido, Joaquín de Prada, José María Gutiérrez". En ella colaboraron firmas importantísimas del cine y de la cultura española, como Enrique Tierno Galván, Luis García Berlanga, el ya citado J. A. Bardem, o R. Muñoz Suay, entre otros. Basilio Martín Patino es uno de sus inspiradores.

Siempre hay una melodía de fondo, en las películas de Basilio Martín Patino, que parece venir de muy lejos. Es una melodía que nos pertenece, que habla desde lo más profundo de lo que somos. Nos lleva a nuestra raíz. Nos propone, por vía emocional, un viaje a la semilla.

Escuchadla. Es el mejor homenaje que podemos hacerle a Basilio Martín Patino, que fue muy libre, que nos quería a todos también muy libres.