Parte de lesiones y personas privadas de libertad: un dilema ético

Llama mi atención el nuevo formulario que Medora brinda a los médicos de Sacyl para elaborar el pertinente parte asistencial de lesiones que debe remitirse al juez de guardia en determinados casos, como agresiones, accidentes o mordeduras de perro, por poner un ejemplo de mi última guardia cuando esto escribo. Todavía quedan existencias del modelo antiguo, con sus pliegos autocopiativos, pero el que se imprime desde el ordenador es tan llamativo que se puede señalar con el ratón las zonas lesionadas y con un clic quedan reflejadas sobre la silueta humana del paciente atendido que puede verse en el anverso del documento. Junto a la parte gráfica, los consabidos datos de filiación o la datación y localización del hecho, siempre "según refiere", que el facultativo no estaba, generalmente, allí y entonces. Naturaleza de las lesiones, diagnóstico, tratamiento y plan a seguir, con el célebre pronóstico leve, grave o muy grave: no hay casilla de "pronóstico reservado" en la que marcar una equis, que esa reserva puede ser para la prensa pero no para el juez.

Mi sorpresa se sitúa en el reverso del parte. No me refiero al justificado y necesario espacio dedicado a pacientes que se sospechan víctimas de violencia de género y a los privados de libertad, sino al epígrafe undécimo, el que ilustra el encabezamiento de la presenta columna: Cumplimentar solo en casos de lesiones a personas privadas de libertad. La exploración es? compatible o incompatible con los hechos recogidos. Y hay que marcar lo que a uno le parezca. Ejercer de médico forense y discernir. De acuerdo, dejemos por un momento el "según refiere". Pero? ¿sólo si estamos atendiendo a un detenido que dice haber sido golpeado por un guardia civil? El duodécimo apartado, el de observaciones, da para explayarse, y cuando se describen las lesiones, también es posible emitir impresiones diagnósticas acerca de la causa que las ha producido, dudar del origen que se les atribuye y lo que se quiera, pero me pregunto por qué en todo el formulario sólo se apunta al foco hacia esa circunstancia.

No niego que los agentes de la autoridad han padecido como nadie a simuladores y mentirosos, o que al menos a simular y engañar han aspirado, y me resulta innegociable que el parte de lesiones no se constituya en herramienta de uso y abuso contra ellos, pero al tiempo sugeriría que, por coherencia, si es que se nos pide opinión, se demande para todos los lesionados, y si no estamos capacitados para opinar con justicia, se nos permita guardar silencio. He cumplimentado partes de aparente violencia de género sin una lesión física detectable en la exploración y sin atisbos de alteración del ánimo. He atendido heridas relatadas como fruto de un accidente que olían a agresión desde lejos. A aparatosos paquetes de narraciones inverosímiles se desea que el médico ponga el lacito de un dictamen de credibilidad. Y así algunos embustes más, "según refiere el paciente". Si de mi encuentro con él en un consultorio o un centro de urgencias, relación de suyo íntima y confidencial, deduzco que he de informar a su señoría, lo haré como es mi obligación, pero no estoy menos obligado como médico a demandar para todos los pacientes una igualdad de trato que el formulario del parte de lesiones de Sacyl pone en entredicho.