La ‘cantera’ de la Farinato Race disputa sus propias carreras

Con las carreras de 20 y 42 kilómetros todavía en marcha -aún faltaban un par de horas para que llegase el primer clasificado de la carrera grande-, en la mañana del sábado también se desarrolló la clásica Farinatitos Race para niños, que en este caso se limitó al entorno de la antigua fábrica de harinas de La Concha.

Con la misma salida que en las carreras Senior (que en este caso sirvió también de llegada), los niños realizaron un recorrido similar al que se preparó para la fiesta de fin de curso realizada el pasado mes de junio, en el último día del curso escolar, por el Colegio Misioneras de la Providencia-Santa Teresa de Jesús.

En este sentido, hubo varios obstáculos distribuidos por la orilla del río, incluido un castillo hinchable, al que había entrar por una puerta y salir por un pequeño tobogán que finalizaba en el propio río. Este obstáculo incluía una cortina de agua para ayudar a deslizar a los chavales por el tobogán.

El recorrido no presentó excesivas complicaciones para los chavales, salvo quizás el obstáculo final, en el que tenían que ir metiendo a pulso unos pequeños palos. El principal 'problema' de la carrera fue el propio impulso de algunos chavales, que provocó que se hicieran daño a la hora de bajar el citado tobogán.

Concluidas las carreras -hubo 3, donde los niños estuvieron distribuidos por edades-, todos los participantes se realizaron una gran foto de familia delante del photocall del Campeonato del Mundo Farinato. Hay que apuntar que mientras esperaban el momento de su salida correspondiente, los chavales fueron animando a los corredores de las pruebas Senior que finalizaban la carrera de 20 kilómetros o que pasaban por meta para iniciar la segunda vuelta de la modalidad de 42 kilómetros.

Como recuerdo de su participación, los niños recibieron una camiseta de la Farinato Race y una medalla, mostrándose la mayoría muy orgullosos de haber conseguido estos recuerdos.