El PP de Soria, otra vez al borde del cisma
El cierre de filas escenificado en los congresos provinciales del PP ha saltado por los aires en Soria, donde se ha reproducido con toda su virulencia el conflicto interno que ha venido arrastrando el partido en los últimos años.
El detonante ha sido el acuerdo adoptado por el nuevo comité ejecutivo del PP soriano de sustituir a la portavoz popular en la Diputación, Ascensión Pérez, por Jesús Ángel Peregrina, a la sazón secretario provincial del partido. Dicha decisión no ha sido acatada por los seis diputados afines al sector crítico, que son mayoría frente a los cinco que aceptan el relevo en la portavocía.
La presidenta provincial del partido, Mar Angulo ve así desafiada su autoridad apenas un mes después de que fuera reelegida con el apoyo del 88,4 por ciento de los delegados asistentes al congreso del PP soriano. Previamente, Angulo había derrotado en las primarias al candidato del sector crítico, Antonio Pardo, ex presidente de la Diputación.
Tras solicitar sin éxito al partido una reunión con los once componentes del grupo provincial, Ascensión Pérez y los otros cinco diputados críticos han dirigido un escrito al presidente de la Diputación, el socialista Luis Rey, ratificando su apoyo a la actual portavoz del PP en la institución.
Se trata del primer conflicto interno al que se enfrenta el PP desde que Alfonso Fernández Mañueco asumió la presidencia del partido en Castilla y León. La dirección autonómica avala plenamente la decisión del comité ejecutivo provincial, a quién compete, según los Estatutos del PP, la designación de los portavoces del partido en las instituciones. Sin embargo, se ha abierto un compás de espera antes de adoptar medidas disciplinarias que pudieran desembocar en el cisma irreversible del PP soriano.
No es la primera vez, ni será la última, que el PP se enfrenta a este tipo de conflictos en las Diputaciones provinciales. Viene al caso recordar lo sucedido en la sesión constituyente de la actual corporación de Ávila, en la que José Manuel Sánchez Cabrera fue elegido presidente gracias a su propia indisciplina y a la varios diputados más del PP que no apoyaron al candidato oficial, Pablo Luis Gómez, en aquel momento secretario provincial del partido. Sánchez Cabrera fue objeto entonces de un expediente disciplinario que se saldó con una teórica suspensión temporal de militancia que no tuvo la menor consecuencia práctica. Veremos como acaba esto de Soria.
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