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Selva y viento
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Selva y viento

Actualizado 16/06/2017
Eugenio Sánchez Redondo

Con la ilustración de Marcelo Kneip, este pequeño relato ha sido escrito para los niños de torneo de Inter Sala por la Fundación Aviva.

En las llanuras de un hermoso y lejano lugar Selva y Viento mordisquean la fresca hierba. Selva es tímida, en su interior, algo se mueve, de repente sin avisar, Bruno nace.

En aquel cuerpo todo blanco alguien pintó bandas elegantes color corazón !un potrillo precioso! con la crin de punta, un ojo de color azul y el otro verde llegaba al mundo.

Selva y Viento corretean de alegría; !son papás!. Relamen a Bruno, acarician su cuello y su espalda mientras este emite sus primeros sonidos bruummmmmm.

La amiga búfala, la amiga jirafa, la amiga elefanta dan la enhorabuena a los orgullosos padres.

Bruno tiene hambre, !qué rica la leche de mamá, piensa!, pero tiene dificultades para encontrar su alimento.

Viento se da cuenta de que algo no va bien, "mamá, papá, ¿dónde estáis?. "Os huelo, os siento, os oigo, pero ¿dónde estáis? Selva y viento se quedan en silencio. !Bruno no puede ver!

La manada retoma su viaje hacia las tierras del norte en busca de ricos pastos, Bruno camina entre Selva y Viento, entre sus cálidos cuerpos. Sortean árboles y matorrales, charcas y ramajes. Bruno tropieza, se doblan sus rodillas en la tierra, !levanta hijo! susurra Selva, !eres fuerte y valiente! Bruno suspira.

Los primero rayos de sol desperezan a los más pequeños. Cuatro potrillos se acercan a Bruno; ¿quieres jugar con nosotros a ser tan veloces como las gacelas? ¿Por qué no? Contestan sus padres. Explicando a los amigos de Bruno que él no puede ver con los ojos, pero puede ser rápido como ellos.

Bruno, sólo necesita el sonido de vuestras pisadas para saber dónde estáis.

Si vosotros relincháis Bruno os seguirá.

Seréis los ojos de Bruno.

Selva y Viento saben que lo que creemos imposible sólo tarda un poco más en llegar, Bruno ha encontrado la felicidad en sus amigos, en su familia, en la gran manada en la que todas las rayas parecen iguales y son diferentes.

Este pequeño cuento simboliza la vida de un niño con discapacidad representado en Bruno, la cebra, que nace sin poder ver. Lo verdaderamente importante de esta historia está en sus personajes, familia, amigos, manada y en su forma de ver la vida con optimismo. En el deporte las personas con discapacidad estamos deseando encontrar una mano amiga que nos pueda acompañar en el maravilloso viaje de la vida. Ese amigo eres tú.

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