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Qué difícil es...
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Qué difícil es...

Actualizado 22/04/2017
Fructuoso Mangas

¡Qué difícil es

cuando todo baja

no bajar también! Antonio Machado

La coplilla, en versos hexasílabos como mandan los cánones, la escribió Antonio Machado, recién llegado de Baeza, en Segovia en 1919 viendo el vacío moral y la humanidad hundida y aludiendo a "los cucañistas que se dicen políticos". Era el año negro del recién elegido Antonio Maura, del partido conservador, y tiempo de convulsión social, ruina económica y desorden político. Y tiene razón, cuando todo baja, hasta los de la cucaña, todos los valores bajan también.

Desde siempre fue más duro nadar contra la corriente del río que dejarse llevar por la fuerza del agua que baja, incluso subir la cuesta de la calle cuesta el doble que bajarla y si eres ya algo mayor buscas las vueltas para evitarla. Sin olvidar de todos modos que a veces la cuesta abajo si es muy pronunciada no te permite el control y puede llevarte adonde no quieras. Y así también en la vida.

Hoy, como siempre supongo, bajan fuertes corrientes sociales de todo tipo y no es fácil nadar contra ellas; a veces brotan casi espontáneamente del mismo cauce social, otras son vaivenes que diversos grupos de presión imprimen a la sociedad o a parte de ella; en muchas ocasiones son ideas y actitudes que se van imponiendo en la vida de un país o de una cultura desde la presión de los medios, de la literatura del día o del mundo del espectáculo. Y en un mundo globalizado el fenómeno es cada vez más frecuente y con mayor alcance.

Con el peligro de parecer, y hasta parecerme, excesivamente suspicaz y de simplificar lo que es mucho más complejo y hasta con el riesgo de presentarme como presumido y necio inquisidor de provincias, me señalo algunas corrientes que a mi modo de juzgar los procesos sociales me parecen peligrosas y hasta falsas y contra las que habría que nadar un poco cada día. Algunos ejemplos desde muy diversos campos:

  • +++ Ha crecido hasta imponerse la idea de que la moral es cosa de tiempos pasados. Y esto en todos los campos desde el trabajo hasta el sexo pasando por la fiscalidad o el respeto a cualquier prójimo. Y esto se respira en cualquier conversación y se bebe en los medios de comunicación a los que te asomas. Es criterio general de curso legal. Tú impones tu juicio y a nadie tienes que darle cuenta de lo tuyo.

    Es valiente y clara la advertencia que hacía el papa Francisco en Laudato si: Hace falta volver a sentir? que vale la pena ser buenos y honestos. Ya hemos tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de la fe, de la honestidad, y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad nos ha servido de poco (229).

  • Ahí queda y muy bien dicho, en alto y claro

  • +++ El recurso fácil y ya casi espontáneo a la blasfemia y al lenguaje soez. Es algo de menos fuste pero es tan claro y tan ofensivo para muchos que parece obligado traerlo aquí. Y que conste que aunque en muchos casos sea inconsciente y espontáneo, eso no le quita ni un miligramo al peso de la ofensa. Sorprende la falta de sensibilidad y de respeto tanto de quienes hablan en un lenguaje sucio, insultón y desvergonzado como de los que lo hacen utilizando despectivamente palabras que para otros son sagradas y dignas de mucha reverencia.
  • Sorprende, y para mí en concreto es absolutamente ofensivo, el uso innecesario y provocativo sin venir a cuento de interjecciones injuriosas y de blasfemias puras y duras en conversaciones, guiones, entrevistas, declaraciones? sobre todo en las televisiones; es verdad que no es lo mismo en unas y en otras, pero el fenómeno es casi general. Y digo: "Dime cómo hablas y te diré lo que vales". El recurso siempre facilón a estas palabras revela lo miserable que es quien lo utiliza. Y me gustaría hablar de esto con quien piense lo contrario. Confieso que en esto soy muy beligerante, me duele y me indigna sobremanera. A lo peor exagero y qué mas da...

  • +++ El matrimonio, civil o religioso, es mirado como un complemento inútil. Es un juicio de valor que va cobrando fuerza de forma que cada vez son más, muchísimas más cada año, las parejas que ni siquiera piensan en la pareja de hecho. Algo, o bastante, de responsabilidad tienen en esa pendiente hacia la nada las autoridades legislativas que han ido podando alegre y miserablemente el árbol milenario del matrimonio. Al final, mirándolo fríamente al margen de otras consideraciones, tiene razón la pareja que ni se lo piensa, que se limita a vivir, a dejar vivir y ya está.

    Y al final la sociedad y la familia se contaminan progresivamente de esa "indiferencia" matrimonial, ¡no passsa nada! Lo peor es que se lo creen y no llegarán a conocer los efectos reales de tal situación. La sociedad tiene la aparente fortaleza de que es capaz de soportar todo lo que se quiera hacer en ella, con ella o contra ella, pero esconde la grave fragilidad de que le acaban pasando exacta factura por todo y hasta con alto interés por cada lustro pasado. Por eso generación vendrá, a la vuelta de esta esquina, que pague pormenorizadamente los platos rotos que en este campo dejó la nuestra.

  • +++ La fiebre por comprar que nos domina a todos, aun a los que no tenemos dinero. Es un hecho muy trabajado, claro está, por el capital el comercio, la publicidad y por todo ser vivo que tenga intereses en la venta de lo que sea. Es decir, por casi todos. Por eso goza de una salud inquebrantable a pesar de las crisis y de los apretones de cinturón. Da igual, el que compra respira y está vivo.

    También aquí la palabra del Papa resulta extraordinariamente iluminadora y crítica: Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. En este contexto, no parece posible que alguien acepte que la realidad le marque límites. Tampoco existe en ese horizonte un verdadero bien común. Si tal tipo de sujeto es el que tiende a predominar en una sociedad, las normas sólo serán respetadas en la medida en que no contradigan las propias necesidades (204).

    Pero digo yo, ¿quién es el guapo que nada cada día contra estas corrientes, aguas arriba? ¿No es más fácil dejarse llevar por lo que claramente supera nuestras fuerzas? ¡Hagamos lo que se lleva, sigamos la corriente y fuera complicaciones! Efectivamente, don Antonio, qué difícil es cuando todo baja no bajar también?

    Y ya lo sabemos: cuando algo se generaliza y sobre todo si se hace viral, ¡ahí está la verdad!, aunque sea la tontería del año. Pues no.

    POSTDATA

    Volviendo a la Jefatura de Tráfico (sobre ella escribí el martes pasado aquí mismo)

    Quizás me estoy volviendo demasiado mayor, porque veo que me ha indignado demasiado la pequeña injusticia, sí, así lo digo y creo poder argumentarlo, de la Jefatura de Tráfico de Salamanca al imponer 500 euros de multa a un grupo de 38 personas QUE ESTABAN SENTADAS MERENDANDO en Espino de los Doctores, sin tener testigos visuales ni fotografía de ninguna infracción de ocupación de la vía ¡DSA-523! Estaban en una marcha pro Manos Unidas y descansando, con los coches esperándoles en Golpejas? Quizás los dos empleados de Tráfico se aprovecharon de la ingenuidad de la responsable del grupo, que aceptó firmar sin más un papel que en buena Ley de Tráfico no tenía valor. Y sin poder presentar luego pliego de descargo porque expones a Manos Unidas a pagar toda la multa: el poder se aprovecha al imponer sus condiciones de juez y parte y te dice arteramente: o rebaja o pliego. Y tú te dices, sobre todo si el dinero no es tuyo: pues rebaja.

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