Mesa redonda sobre la devoción a Santa Teresa, San Juan de Sahagún y la Virgen de la Vega

El encuentro mensual de marzo patrocinado por la coordinadora de cofradías de la diócesis salmantina se ha querido dedicar a la devoción de los santos patronos de Salamanca: La Virgen de la Vega, San Juan de Sahagún y Santa Teresa de Jesús. En forma de mesa redonda, en la tarde del lunes 16 de enero, han participado en ella Fernando García Herrero, Teresa Díez Guzmán, Francisco Javier Blázquez y Manuel Diego Sánchez. Después de una exposición sobre la situación del culto y devoción a cada patrón se abrió el debate con participación del público asistente.

El carmelita Manuel Diego Sánchez fue el encargado de ambientar la historia y la situación actual de la devoción a santa Teresa que, en este caso concreto, supera los límites de la villa teresiana, tiene repercusión universal.

Analizó las típicas expresiones de la santidad barroca, que también se dan en Teresa: la peregrinación, las reliquias y los milagros pero con la particularidad de que Santa Teresa en la posteridad no se ha visto sometida al culto de las reliquias en forma obsesiva, sino que se su fama ha circulado en forma más libre, sobre todo en favor de una presencia amiga, como maestra y compañera en los caminos del espíritu y, sobre todo, como maestra de oración, todo esto posible, naturalmente, gracias a la difusión y contacto con sus escritos.

Destacó además como desde el siglo XIX, la ocurrencia de los sucesivos centenarios (1882, 1914-1915, 1922, 1962, 1982, 2015) ha marcado el avance en los estudios teresianos y también ha favorecido la modalidad de la peregrinación teresiana que ahora se sirve ya de los medios modernos de viaje y comunicación y presta atención a otros aspectos colaterales como la historia, la visita a los lugares teresianos, el arte, etc. En Alba de Tormes, la primera peregrinación moderna de la que hay constancia es aquella organizada por san Enrique de Ossó (1840-1896) en el mes de agosto del 1877, y que fue la que abrió esa larga serie que llega nuestros mismos días.

Para concluir en su reflexión dciendo que la devoción teresiana de nuestros días, tal y como ya la vivimos nosotros "ha estado marcada por un doble retorno: la vuelta al texto teresiano (leerla y comprenderla, porque nos sigue hablando); y la vuelta a la experiencia teresiana, sobre todo esa experiencia religiosa paradigmática entendida como camino de oración, que es la afirmación más seria y convincente de la certeza de la presencia de Dios en nuestra vida".

Manuel Diego destacó también que Alba de Tormes y Salamanca fueron pioneras, ya el mismo año de la beatificación, en elegir a Santa Teresa patrona de estos respectivos sitios mediante un voto público, una costumbre que se irá repitiendo en otros lugares de España, América y Europa. También resaltó la importancia de la cofradía local, la Hermandad Teresiana, que fue completamente refundada en el 1882 por el obispo salmantino Martínez Izquierdo.

La Marcha Teresiana, una de las celebraciones teresianas más detacada

Igualmente destacó la importancia de la Marcha Teresiana anual, patrocinada por la Hermandad Teresiana y que rehace cada año el último viaje de Teresa a Alba, el de la muerte, con una experiencia y funcionamiento ya bien asentados. Mientras que desde el último centenario teresiano del 2015 se van afirmando otras rutas, como aquella denominada "De la cuna al sepulcro", patrocinada por las Diputaciones de Salamanca y Ávila, apoyada también por los Carmelitas Descalzos y por las diócesis abulense y salmantina. Una ruta que quiere evocar todos aquellos lugares y puntos geográficos ligados a la estancia o al paso de Teresa y de Juan de la Cruz dentro del trayecto que va desde la ciudad amurallada hasta la villa teresiana de la muerte y sepulcro. Curiosamente se trata de un itinerario especialmente marcado por una concentración abundante y muy significativa de puntos de interés ligados a ambos santos carmelitas, casi como si fuera la Ruta de la mística castellana del siglo XVI.

Apoyo de Floretino Gutiérrez

Entre el público asistente, era mayoritaria la presencia de personas del mundo de las cofradías de Semana Santa, pero también hubo una representación de Alba, al frente de la cual estaba el párroco Gonzalo Escamilla, y apoyada también por la asistencia del Vicario general diocesano, Florentino Gutiérrez.