Busquemos soluciones.

Cuánto tiempo se está perdiendo discutiendo. Miremos hacia el ámbito que miremos ya sea educación, servicios sociales, sanidad o infraestructuras.

Se cambia el nombre a las cosas para dejarlas igual o peor. Un ejemplo puede ser la sustitución de la selectividad, años discutiendo y dinero gastado para dejarla igual.

Vamos al hospital y las listas de espera son vergonzosas, una crisis de gripe y todo se desborda como si fuera una pandemia. No entiendo que con la poca población activa que tenemos todavía la tengamos en paro.

Yo la educación universitaria la veo de una forma muy distinta. Desde primero tendría a los estudiantes de medicina haciendo prácticas en urgencias al lado de profesionales y no matándolos a memorizar con el único objetivo de dificultarles el aprobado y ya desde entonces agilizarían las listas de espera.

Así pasa en casi todo, en muchos sectores algunos funcionarios acomodados en vez de buscar soluciones para la población ponen trabas al abrigo de leyes estúpidas. Un ejemplo es una calle al lado de Santiago Uno que la levantan una vez al mes y sin embargo para obtener una licencia de ocupación después de hacer todo lo que nos han dicho un año después una señorita no acepta una inclinación de una rampa por seis centímetros, personas de bajas miras y gran ombliguismo. Incapaces de visiones globales y de prioridades, se hacen más papistas que el papa para darse importancia.

Al final para que te dejen trabajar tienes que estar perdiendo el tiempo en miles de burocracias y en hacerles la pelota. Pero eso sí a unos y a otros se les llena la boca sobre la promoción del emprendimiento.

Otro ejemplo lo veo en el tema de los que quieren tirar el Corte Inglés, si tienen que pagar algo más que lo paguen, pero dificultar la implantación de empresas que dan puestos de trabajo por prejuicios pues no. Considero que hay que ser prácticos por el bien común.

Los nuevos moralistas llevan un ritmo como cuando en la Edad Media podían quemar a un médico judío por abrir un cuerpo en una operación de la que llamaban la enfermedad del costado. Pues estos te llaman asesino por hacer una matanza y explicar la anatomía del cerdo a unos alumnos. Veo un fundamentalismo en aumento tanto a derecha como a izquierdas, sin poner soluciones y solidarizarse con lo realmente importante.

Hay que pasar de las críticas a las ideas vengan de quien vengan sin prejuicios. No hay que demonizar sino aprovechar lo positivo que cada cual puede aportar.

Debemos resolver los de los refugiados y debemos disminuir el paro y la pobreza. No pueden seguir aumentando la brecha entre ricos y pobres. Por lo tanto el mayor problema no son los toros, ni la independencia de Cataluña, ni la memoria histórica, ni el avión de hace no sé cuántos años, etc. Centrémonos en resolver sufrimientos presentes e invertamos en mejorar el futuro, no alimentemos rencores.