Nuestra ‘edad de plata’: Celso Lagar

¿Y no nos acercaremos un día de estos a Ciudad Rodrigo a contemplar la excelente exposición sobre el ya histórico pintor mirobrigense Celso Lagar? Se expone en el hermoso y clásico palacio de los Águila, muy cerca de la plaza mayor, y reúne un conjunto de pinturas de muy diversas procedencias (desde el "Reina Sofía" o el Museo Thyssen, hasta otros varios y colecciones particulares), en lo que es la exposición más completa que hemos visto del pintor mirobrigense. La exposición dura hasta los primeros días de febrero y merece la pena no perdérsela. La recomendamos muy vivamente.

Y, a la hora de hablar de Celso Lagar (Ciudad Rodrigo, 1891 ? Sevilla, 1966), hemos de aludir, necesariamente, a nuestra llamada 'edad de plata', término acuñado por los historiadores (de hecho, aparece así en varios de los tomos de la historia de España, de Ramón Menéndez Pidal) para aludir a un período de extraordinario florecimiento cultural, literario y artístico, que comprende desde 1898 hasta 1936.

Salamanca ?pese a no estar lo suficientemente documentado ni analizado? también contribuyó a ese florecimiento cultural español en el citado período. Y sería bueno que nuestra ciudadanía conociera algunos de los hitos de tales contribuciones salmantinas a nuestra 'edad de plata'.

Miguel de Unamuno, el eximio Unamuno es una figura importantísima de tal período; pero también lo es Dorado Montero; o el sacerdote y folclorista Dámaso Ledesma, cuyo Folk-lore o Cancionero Salmantino (1907) fue un libro bien conocido y utilizado en la madrileña Residencia de Estudiantes, ejerciendo una gran fascinación nada menos que en Federico García Lorca, al que le entusiasmara el romance de "Los mozos de Monleón" y las nanas infantiles, sobre las que daría una extraordinaria conferencia, poniendo como ejemplo varias nanas salmantinas, sacadas del cancionero de Ledesma.

Pero también a la 'edad de plata' pertenecen dos grandes artistas salmantinos, que terminarían yéndose a París a desarrollar su obra y donde entrarían en contacto con los ámbitos bulliciosos y dinámicos de los artistas de las diversas vanguardias: el escultor bejarano Mateo Hernández y el pintor mirobrigense Celso Lagar; de hecho, ambos pertenecen a la llamada "Escuela de París".

No dejemos de acercarnos a Ciudad Rodrigo a contemplar esta magnífica exposición de la obra pictórica de Celso Lagar. Es una oportunidad única de contemplarla. Nos encontraremos con paisajes, perspectivas urbanas y marítimas, con el mundo circense, con ese tema tan español de las corridas de toros?

La huella de Cezanne es patente, en los modos de componer los cuadros, en la utilización del color, en ese halo de misterio sereno que impregna los cuadros. Pero también, de un modo tenue, las influencias del cubismo.

Celso Lagar, al que sentimos como un artista ensimismado, que siempre llevara una vida austera y sobria, en unión de su esposa, la escultora de origen bearnés Hortense Begué, mantuvo contacto con artistas tan importantes como Modigliani, con el que viviría un tiempo y que realizaría un finísimo y poético dibujo de Lagar, o el conocido escritor francés Max Jacob, que llegaría a escribir un texto sobre una de sus tempranas exposiciones parisinas.

Nuestra 'edad de plata', como período de un gran auge cultural, cuenta con significativas contribuciones salmantinas. No nos desentendamos y vayamos a Ciudad Rodrigo a ver la excelente muestra, que estos días se expone en el palacio de los Águila, de la obra pictórica de Celso Lagar, artista salmantino de la llamada "Escuela de París".