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Avión, sueño, nieve y frío para las chicas de Avenida en Ekaterimburgo
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Avión, sueño, nieve y frío para las chicas de Avenida en Ekaterimburgo

Actualizado 11/01/2017
Redacción

El equipo salmantino, que se ha encontrado una ciudad a 19 grados bajo, ya está en Rusia, donde juega este jueves

El CB Perfumerías Avenida ya está en Ekaterimburgo (Rusia), donde este jueves afronta su próximo compromiso de Euroliga. Esta es la crónica de ese largo viaje, realizada por Germán Rubio, el jefe de prensa del equipo, que se publica en la web del conjunto charro.

Que por julio, era por julio... Cuando conocíamos el calendario de la Euroliga. "Ekaterimburgo en enero, chachi", pensamiento generalizado. Y ese momento llegó. El mes viajero donde los haya ha hecho su aparición con uno de los desplazamientos más lejanos, a la par que más complicados, con esa mezcla de horas de avión, sueño, frío que suele producir en el ser humano un estado de catarsis en el que todo te hace gracia o, lo que es lo mismo, te tomas la vida con más filosofía. De termómetros que se desploman, horas de avion entretenidas, madrugones... Hoy, en Perfumeras Viajeras, Ekaterimburgo (I).

Eran las seis de la mañana, ay oy, oy ey (esto sólo es comprensible para personas con bajísimo nivel musical escuchantes de electro latino y demás moderneces). La expedición charra caminaba entre una, curiosamente, agradable madrugada en nuestra querida ciudad, dispuestos a encaminarnos a uno de esos viajes marcados en rojo, y no precisamente por la ilusión que nos hace, de la temporada.

Los días previos habían discurrido en un incesante abrir y cerrar aplicaciones meteorólogicas para comprobar que, sí, no era una broma, por estos lares anadaban sobreviviendo a -29ºC. Conclusión: vaciar el armario con "todo lo gordo" de nuestra ropa en la maleta. Esas maletas copaban ya el interior del bus cuando, la primera del día, al único viaje, prácticamente, en el que el pasaporte es vital dos de nuestros "pitufos azules" lo olvidan. A correr a casa para Erika, que se pegó un sprint considerable para esas horas tan tempranas, y Juanjo, que tuvo la suerte de encontrar coche. Ahora sí, con unos minutos de retraso, rumbo a Barajas.

Allí nos esperaba una larga cola de facturación. Porque los rusos serán muy eficientes para otros menesteres pero el tema de la organización no lo llevan muy allá. Eso sí, hay quien no espera la fila, como la capitana, que para eso se "chupó" tres fantásticos años en este país, para ser "priority". El camino al embarque transcurre entre preguntas del personal de seguridad, "que si yo os conozco, vosotas ganáis títulos", que si "a ver si me traéis un pin el próximo día", e incluso un piloto con un hermano con pasado en el extinto CBS, por cierto un piloto muy poco discreto dando voces por medio de la terminal quejándose del estado de su avión, eso, amigo, no inspira confianza. Momento para comenzar uno de los vuelos más largos del año, las cinco horas y pico hasta Moscú.

Avión atestado de gente, con lo que en algunos casos eso significa en el tema de olores, aunque con amplitud para que, al menos, nuestras piernas no engangrenasen. La gran cuestión: ¿a qué dedicas cinco horas? Elonu lo tiene claro, a sacarse el "Máster Express en Castellano". Para esta ocasión se buscó una metódica profesora, Mavi, que se toma todo tan en serio que hasta le hizo una tabla con verbos regulares e irregulares en español, ¡Jesús qué dolor de cabeza recordar todo eso! Entre eso y aprender "estoy hambriento" y demás, AD tuvo un rato entretenido.

No lo tuvo menos Laura Gil, chica solciable la murciana que se echó una pequeña amiga española que no la dejaba ni a sol ni a sombra. Eso sí, la espera tuvo recompensa pues la pequeña Sara le regaló un precioso dibujo, ideal para la nevera. La sonrisa de Gil debía ser atrayente para niños del artefacto pues, en un momento, aquello se convirtió en un "dejad que los pequeños se acerquen a mí" en toda regla. Todo ello mientras, de refilón, apuntalaba las lecciones de española a Adaora, que seguía a lo suyo. Con todo esto, viaje aprovechado, llegada a Moscú.

Momento clave del día: hay que recoger las maletas para volver a facturarlas destino Eka. En este punto crucial, una decisión que cambiará nuestro destino: "dejamos los abrigos en el equipaje de facturar, ¿no?" Craso error general del que muy pronto nos arrepentiríamos. Y es que mientras esperábamos a embarcar para nuestro segundo vuelo nos percatamos: "ay mi madre, que vamos en bus hasta el avión, que hay que salir a la calle..."

Todo ello amenizado por tremenda cogorza de una amiga rusa custodiada por dos policías, literalmente, descojo... de la risa. El momento llegó, había que salir, aunque fuera mínimanente, a la calle. El autobús que nos llevaba al avión dejó momentos cómicos pero por la típica risa nerviosa que te entra mientras tiritas, con la valentía de quien lleva sólo una sudadera a -9ºC. Ni les cuento mientras esperas a subir las escaleras.... Pa chulo, el equipo salmantino.

El final del viaje estaba cerca, a sólo dos horas y media de duración. Tiempo en el que nos percatamos que aquí Silvia es una estrella, ¿qué posibilidades hay de que te pidan un selfie en un avión destino a los Urales? Sólo si eres Domínguez. Si lo de Moscú había sido un ligero bofetón, lo de Ekaterimburgo al pisar el nevado suelo del aeropuerto fue un leñazo en toda regla.

Aquí se fabrica el frío y se exporta por el mundo. -19ºC en Ekaterimburgo, la llegada de las maletas con su contenido, los abrigos, fue un regalo. Frío sí, pero que nadie nos quite la oportunidad de un selfie. El ser humano actual se morirá congelado antes de no retratar para el conocimiento del prójimo lo que sucede a su alrededor. Todas móvil en mano con vídeos y fotos varias para inundar instagram bajo un mismo lema: "carajo, qué frío hace". Tiempo de dormir y descansar, tras cerca de veinte horas, nos lo habíamos ganado. Eso sí, en la cama se está calentito.

Fuente perfumeriasavenidabaloncesto.com

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