“Un hogar no es solo un techo”

La gran mayoría de nosotros acabamos de abrir este periódico y hemos ojeado sus páginas hasta llegar a este artículo. Algunos estaremos sentados disfrutando de una bebida caliente a nuestro gusto, o de una estancia cálida que tanto se aprecian cuando se viene de la calle en este tiempo de diciembre previo a la navidad.

Leer de este modo en un entorno cercano se convierte en una situación personal y de cierta intimidad. Lo que os vamos a pedir por un momento es que salgamos de esta esfera de confort para ponernos en el lugar de los que no pueden disfrutar de estos momentos, ni siquiera en su propio hogar.

Los últimos años nos han enseñado lo fácil que es cambiar del lado de la fortuna en el que discurre nuestra vida. Lo sencillo que es perder un empleo y tener que recurrir a la familia para poder cuidar de los nuestros, ¡benditos padres y abuelos!.

Es también razonable, si aún continuamos en esa burbuja templada, y como el señor Ebenezer Scrooge, personaje de Dickens en el famoso "Cuento de Navidad", pensar que pagando impuestos y existiendo cárceles, asilos y otras instituciones para "pobres" nada más se debe hacer y se dé aquí por terminada la lectura. Dejemos ir al Sr. Scrooge en busca de sus fantasmas, pero mal hace, pues la sorpresa que se encontrará a la vuelta de la esquina es que, tal y como nos recuerda Cáritas, la insuficiencia de los sistemas de protección social impide afrontar adecuadamente el problema de muchas familias respecto del acceso a la vivienda o a conseguir que esta sea lo que esperamos de ella.

Pero no se preocupe si esto le ha dejado helado, que entramos de nuevo y rápidamente en calor recordando que nuestra Constitución reconoce, como un derecho de todos los españoles, a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. No es razonable negar que esto se ha conseguido en gran parte. Pero tampoco es necesario abrir la puerta para sentir el frio que pasa por esa holgura de familias que aún no lo han conseguido. Por esa holgura bajo la puerta caben algunos millones de hogares, ¡aún 5 millones de hogares!. En estos hogares no vale con recitar la Constitución, el Plan de Vivienda o los Presupuestos Generales para quitarse el frio de los pies o el miedo a perder la casa.

Y es aquí donde debemos compartir el calor que disfrutamos y acercar algo de leña al hogar de instituciones como Cáritas y su Operación Vivienda de este 2016 año bajo el Lema de "Un hogar no es solo un techo". Acercarnos para ver como el fuego que avivamos sirve para repartir calor y esperanza a las personas necesitadas, para tapar las grietas por donde se va el calor de nuestra sociedad.

Dicho esto, terminemos como termina el cuento del viejo Sr. Scrooge una vez redimido. "Que dios nos bendiga".

Román Andrés, arquitecto de Salamanca.