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Esta semana se han conocido los resultados del informe PISA 2015 y todos los medios de comunicación has subrayado sus resultados que según este informe realizado a nivel internacional y de manera periódica sitúa a España por primera vez en la órbita de los países más avanzados. Es decir, donde nos corresponde. El Ministerio de Educación ha destacado los resultados numéricos y que se pueden analizar a través de su web: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/12/20161207-pisa.html

Parece evidente que se ha avanzado; pero eso no debería suponer caer en la autocomplacencia porque lo importante es seguir apostando por la Educación y perseguir su continuidad y mejora dado que la Educación es un pilar transversal fundamental para la convivencia, el progreso y la sostenibilidad. Relevancia que nadie en su sano juicio pone en duda. Razón por la cual la Administración y los Gobiernos Central y Autonómicos deben tener como prioridad poner en valor el esfuerzo, la dedicación y la competencia como elemento dinamizador de la Sociedad española. Para ello hay que hacer muchas cosas; pero es conveniente empezar por lo prioritario, poner las bases que favorezcan los procesos educativos con una herramienta que es imprescindible, un Consenso Nacional sobre Educación que dé continuidad a las dinámicas de buenas prácticas docentes.

Las buenas actitudes sobre la Educación se deben mamar en el hogar, en las calles y en ámbito político y social. Para ello hay que comenzar, por algo se ha perdido en las últimas décadas, poner en valor el esfuerzo, el mérito y la capacidad como refiere el art 103 de la Constitución y que muchos partidos y políticos parecen haber olvidado. Probablemente son aquellos que quieren reformarla y no saben ni por qué ni para qué. A éstos les envió desde estas líneas, una idea básica sobre España que se adquiere en enseñanza básica, que todos los españoles deben ser iguales y no pueden seguir existiendo ni privilegios ni prerrogativas autonómicas porque éstas están superadas desde la promulgación y desarrollo de la tercera generación de los Derechos Humanos como son la Solidaridad y el Compromiso Social entre los pueblos.

Con respecto a la Educación Superior, nivel que forma a los futuros profesionales para la Sociedad actual, debe mejorase cambiando las dinámicas actuales que promocionan la carrera del profesorado dando mayor importancia a las actividades investigadoras y de laboratorio que a la docencia y al esfuerzo que supone un buen proceso de enseñanza-aprendizaje continuado. Actualmente, el profesorado está más preocupado por el factor de impacto de sus publicaciones que por la relevancia y transcendencia educativa y social de lo que hace en sus clases con sus alumnos. Cuando un buen docente se crea a base de esfuerzo y de muchos años, incluso décadas.

En mi opinión, la Universidad ha dejado de ser referente social porque da salida a profesionales con poca dinámica de esfuerzo y sin el valor y los valores que demanda y necesita la Sociedad del Siglo XXI. Hasta tal punto han llegado su desorientación que sus dinámicas son un fiel reflejo de las influencias sociopolíticas. No se busca a los que son efectivos y competentes para formar competentes equipos rectorales, sino que se hacen en base a equilibrios entre los grupos con amplia variedad de conflictos de intereses.

En resumen, con independencia de los aceptables resultados cuantitativos del informe PISA se debe promocionar y fortalecer la Educación porque su carácter de transversalidad en todos los ámbitos de la Vida de las personas. Es decir, porque se trata del pilar más importante y determinante para el progreso de los individuos y sus familias y para la mejora y sostenibilidad de la compleja sociedad actual.

JAMCA