En el noble arte del ajedrez existen varios movimientos donde el sacrificio táctico opera como una magnifica forma de distracción y de conseguir ventaja dejando de lado piezas nobles. Hay muchos tipos de sacrificios, con múltiples objetivos. Uno de ellos es el que permite la ofrenda de una pieza importante para conseguir una determinada posición en el tablero.
Ya tenemos gobierno. Un gobierno siempre provoca dos tipos de reacciones, la exterior, a estas alturas profusamente ilustrada, y esa implosión interior provocada por el designio digital.
Al igual que en ajedrez donde las piezas se despliegan en la cuadrícula, tengo la impresión que la sucesión sorda ideada por el hermético Rajoy está en marcha. Por que a estas alturas a nadie se le escapa que Soraya es la designada.
Mantiene el poder, se ha quitado de encima lo más engorroso y ha nombrado a la mayor parte del gabinete. Aunque tendrá que pasar con nota el examen catalán.
Rajoy, por su parte, se ha guardado su cuota de nombramientos, entre ellos el de Cospedal. Antagónica sorayista y aunque no lo parezca, pieza sacrificada por el procedimiento de la patada hacia arriba. Un sacrificio, hasta cierto punto ajedrecístico, de enorme eficacia para desactivar peligros y/o reordenar piezas.
Eso del puntapié hacia las alturas, o hacer un Gallardón, como ustedes quieran. Podría significar que Cospedal dejará muy pronto de ser secretaria general del Partido Popular. Accede a un cargo relevante, pero no tanto, con el que reconocer su servicios al partido por la vía del nombramiento. Dejándola servida ahora que llega el
momento del meneo, del posicionamiento, el de los congresos populares.
Me consta que algunos esperaban que el procedimiento también se le hubiera aplicado a Herrera, ministrable en muchas ocasiones y que ha dicho no en alguna de ellas. Pero consciente de que el barro castellano anda espeso, sabe que su salida, aunque sea a más altos designios, abriría la puerta a la mediocridad de las intrigas y la baja política. Pero movimientos han existido.
Como podrán imaginar el nombramiento de un gobierno no es importante solo por si mismo, si no que llega a ser un seísmo de magnitud para nada desdeñable de puertas hacia dentro. Un tsunami de onda creciente cuya intensidad al principio puede ser incierta, pero que sin duda llegará a la costa.
Es rigurosamente verdad que jamás como en estas fechas algunos móviles no han estado tan bien cargados, ni con tal alto porcentaje de batería. Pero desgraciadamente algunos siguen esperando la llamada salvadora. Esa que parece ya no se producirá, y que les devuelve a una realidad a la que no se resignan pero que es tan tozuda como extrañamente generosa.
Pero visto lo visto, los movimientos en el tablero popular ya van orientados a satisfacer a la reina, que es quien tiene mando en plaza y CNI. Y de la que muchos opinan que su punto débil es su distancia del partido, pero créanme si les digo que es precisamente ese alejamiento su gran baza.
Así que estén atentos, tengan sus móviles a punto, coloquen las piezas, que la partida no ha hecho nada más que empezar. Pero más allá de tácticas, jugadas y demás repertorio estratégico, solo espero que nos gobiernen con tino, sensatez y eficacia.
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