Azul de buena tierra
Sus colores son muy crudos, casi directos del tubo. Emplea los negros, los que ensucian el conjunto, muchos amarillos, naranjas excesivamente brillantes y una base de color muy pareja y granulada. Verdes, ocres, amarillos, azules y otros ácidos. Pincelada relamida sin valoraciones ni efectos que pudieran contribuir a mejorar las imágenes desde el punto de vista visual que nos ofrece el motivo, lo natural, lo que ya está ahí.
De las raíces nace un árbol, frágil primero y luego un robusto tronco. Más tarde dará hojas y frutos. Pero para ello se requiere buena tierra, abonos y agua. De lo contrario, será un árbol raquítico.
El color azul es el color del espacio y lo infinito; penetrante, nos recuerda las profundidades del mar o de nuestra bóveda celeste. Un color que atrae a muchos por sus propiedades místicas y su amplia gama que va del turquesa al azul ultramar. No obstante, esto no siempre fue así.
La evolución del color, como lo conocemos hoy, es una historia fascinante y quizás la verdadera responsable de las diversas corrientes en la pintura.
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