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Temblor, el doloroso recorrido poético de Charo Ruano por la enfermedad
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El nuevo libro de la escritora salmantina a ojos de Charo Alonso

Temblor, el doloroso recorrido poético de Charo Ruano por la enfermedad

Actualizado 08/09/2016
Charo Alonso

"Fuerte, tremendo, lúcido, certero como un rayo que no cesa? Charo Ruano nos hace un ejercicio excepcional de reconocimiento, y la emoción y la admiración hacen que tiemblen mis manos: como en el amor, la enfermedad nos hace más consciente de nuestro cuer

Estamos de fiesta, y no solo por el septiembre salmantino, sino porque Amarú Ediciones, en su colección Mar Adentro, nos ha hecho dos regalos inesperados. Si Sed de cielo nos reafirma al poeta, dramaturgo y columnista Ángeles López Quesada, Temblor nos descubre a la Charo Ruano más narradora, a la poeta más valiente, a la escritora más consciente.

Temblor, el doloroso recorrido poético de Charo Ruano por la enfermedad | Imagen 1Fue en la época de la lluvia que tanto añoramos cuando compartí con Charo Ruano otro insólito regalo. Javier Tolentino nos entrevistaba a las dos para su imprescindible programa de cine de Radio Tres "El séptimo vicio". Y fue en esa charla en la que Tolentino se mostró ante toda España como un admirador de larga trayectoria del trabajo periodístico y poético de Ruano, donde Charo nos anunció que este mismo año tendría acabado un libro, toda una primicia, ya que su última obra se publicó en el 2012.

Tengo la fortuna y ella la desventura, de que a ambas nos confundan. La mía es la obligación de la modestia, siempre voy a ser la otra Charo. Porque Charo en Salamanca solo hay una, habita para nosotros el cuarto de atrás, la extrañamos sin sus columnas en El Adelanto, la disfrutamos con sus excepcionales entrevistas en SALAMANCArtv AL DÍA, le debemos su larga trayectoria de periodista cultural, y sobre todo, la queremos. A ella, a sus poemas, a sus libros para niños, a sus conferencias sabias, a su voracidad de lectora que comparte sus afectos literarios, a su carácter a menudo fuerte y directo lo que contrasta con esa fragilidad física que, dolorosamente, destila en los versos de este Temblor.

Las calles septembrinas de Salamanca bullen de fiesta, de color y calor y este pequeño libro de azules y negros nos devuelve a la otra cara de la vida. Al dolor, a la pérdida, al abandono del cuerpo cuando la enfermedad se adueña de nuestra libertad y de nuestra voluntad. Para ello, Charo Ruano recurre a Hitchens, el lúcido ensayista, el polemista valiente, aquel que recorrió su propio cáncer hasta su muerte en el 2011 en las páginas de su Mortalidad. Deudora admirada de Hitchens, amante de la escritura dolorosa de Piedad Bonnet, Charo Ruano relata en versos breves, concisos, contundentes como golpes, el proceso de la enfermedad, de esas dos letras que nos cambian la vida, Dos sílabas pronunciadas. Sin nombrarla, la enfermedad se convierte en protagonista, se adueña del cuerpo de la narradora, de sus relaciones con el mundo, y el recorrido por esta experiencia demoledora se ofrece al lector desde un profundo lirismo, con ocasionales trazos de humor negro: En una de estas, mato de un susto a alguien/ O me parto la crisma contra el suelo.

Poesía de la experiencia para narrar sin dramatismo. Coloquialismo cercano para que sintamos en primera persona la enfermedad, para que reconozcamos con una sonrisa todas las miserias que conlleva? así como las experiencias que a todos más tarde o más temprano nos afligen: las visitas, el hospital, la ayuda de enfermeras y médicos supuestamente sabios, las palabras de aliento, los regalos del afecto y de la amistad? Por desgracia, la biografía personal de Charo Ruano la ha convertido en una experta en la desdicha, sin embargo, la larga enfermedad ?padece un asma recurrente- se ha convertido en las páginas de Temblor en una experiencia que transciende a la protagonista y nos sitúa a todos en la posibilidad del espacio donde habita el enfermo. Temblor, como Mortalidad o tantos títulos dolorosos que nos sitúan frente al dolor, resultan una lección que no debemos sortear sino vivir de forma consciente Estar enferma es ser consciente.

La primera vez que vi a Charo Ruano fue presentando uno de sus libros en la Biblioteca Gabriel y Galán, muy bien acompañada de su muy querido Gonzalo Torrente Ballester. El que yo conociera a aquella mujer delgada, de voz enérgica que se hace dulce y cercana cuando escribe poesía para niños y cuando ama y admira (y Charo ama y admira mucho) era un empeño personal de mi librero de cabecera, Carlos Barroso, el dueño de Portonaris, que siempre me hablaba de ella. Pues ha pasado Charo por aquí, casi casi te tropiezas con Charo ¿No conoces aún a Charo Ruano? Y como esta Salamanca ahora en fiestas luminosas es felizmente pequeña y lo era más entonces, se juntaron las dos Charos y me vi abocada para siempre a ser la otra. Menos mal que no escribo poesía, pero bromas aparte, es sencillamente un honor que me confundan con la primera, con la auténtica Charo. Con mi amiga la poeta Charo Ruano.

Un nuevo libro de Charo siempre es una fiesta, se prodiga poco en esta su ciudad de encuentros, antologías y recitales. Prefiere guardar sus fuerzas para los encuentros con esos pequeños lectores que, desde 1993 con Catalina, lina luna la descubrieron como un cómplice feliz de juegos y versos. Por eso, rememorando la publicación de sus primeros libros con la Editorial Amarú, a la que siempre ha sido tenazmente fiel, los escritores salmantinos y todos sus lectores nos reunimos para festejarla, a ella, a quien no le gustan los halagos y sí las lecturas. Porque a Charo Ruano hay que leerla, sobre todo este último libro que Amarú nos entrega como un regalo de ferias para que recordemos que somos mortales. Y hay algo paradójico y brutal en esta coincidencia, estar enfermo es ser consciente también de lo hermoso? por ello, sanos, festivos, llenos de sol, crujientes de calor y aún liberados de todo, tenemos que recordar que somos mortales, que existe la enfermedad agazapada en cada uno de nosotros para cambiarnos la vida en un instante. Y descubrir también como dice esta poeta imprescindible No hay cicatriz, por brutal que parezca, que no encierre belleza.

Temblor, el doloroso recorrido poético de Charo Ruano por la enfermedad | Imagen 2Les conmino a leer este libro. Admirada, conmovida, sabiendo que tengo entre las manos la experiencia personal de quien sufre la enfermedad y es capaz de convertirla en materia memorable. Materia poética, materia estética, materia compartida. Con ella recordamos lo que todos sabemos, con ella recorremos el vía crucis de nuestra propia mortalidad. El yo lírico y enfermo de Charo Ruano en Temblor transciende a la propia autora, se vuelve poética del dolor, lección de vida, pasillo de hospital, esperanza en esas visitas que regalan ánimo porque no sabemos enfrentarnos a este espacio que a autora recorre para nosotros. Para que no olvidemos la verdad. Fuerte, tremendo, lúcido, certero como un rayo que no cesa? Charo Ruano nos hace un ejercicio excepcional de reconocimiento, y la emoción y la admiración hacen que tiemblen mis manos: como en el amor, la enfermedad nos hace más consciente de nuestro cuerpo. Gracias por este libro con voluntad de breviario de cabecera para esos momentos? en los que la vida, querida Charo, nos pone a prueba.

Charo Alonso

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