Rajoy se raja

No es que nos hayamos vuelto locos y nos ha dado por vilipendiar al presidente en funciones como hacía Maduro, el mandatario venezolano, con eso de "Rajoy, rajao?" Insultar no; pero es verdad que Mariano Rajoy, al no tener los diputados suficientes para su investidura, está a punto de "rajarse", y abandonar el barco. Nos chantajea Rajoy metiéndonos el canguelo en el cuerpo y en los bolsillos sobre el escaso crecimiento de España de seguir así.

Y nos amenaza, si fracasa su investidura, con unas nuevas elecciones ¡precisamente el día de Navidad! También esto le valdría para desprenderse de aprendices de política y de caras ?o culos? bonitos. Albert Ribera, el fontanero fiel, al no haber podido desatascar nada, no seguirá con sus chapuzas y le quitará ?o le dará, ya no sabemos bien lo que hacen los de C´s? el apoyo al gallego Rajoy Brey. Este Rivera no se ha rajado aún, pero está a punto de desertar de la tozudez y mínima voluntad de Mariano Rajoy por regenerarse él y el PP. Y es que Rivera se ha dejado ningunear ?y pitorrear? también por el presidente en funciones. Pues una cosa es ceder y tragarse sapos por el bien de España o por el interés general de los españoles, y otra es bajarse los pantalones ante los populares y el gallego. Sabíamos que Rivera ejercía de fontanero de Rajoy, pero no de aprendiz de sastre.

El líder del PP y sus portavoces dicen ahora de las condiciones que les impuso C´s que "Ya veremos, con calma, pues existen muchos matices". Rajoy en estado puro. Por sus últimas declaraciones, diríamos que Rajoy es el as de la zorrería política, con cara de cartón, mintiendo y tomando el pelo a C´s y a todos los españoles, según confirmó el líder socialista Pedro Sánchez. Al ritmo de running en su Galicia natal, nos grita con sorna rajoniana en tono villancico: "Si no me queréis como Presidente, pues vais a comer turrón y mazapán ?al que le llegue la nómina? con la papeleta electoral en la mano. Y todo para que vuelva a ganar yo en las urnas el 25 de diciembre, fun, fun fun?" Ahí está el esperpento que nos dejan los gurús electorales de la gaviota azul.

Los populares nunca cederán en grandes temas en las negociaciones ni con PSOE y C´s y menos con el PNV o con la antigua Convérgencia. A lo más, harán pequeñas concesiones en temas de corrupción, en la reforma laboral, o en la LOMCE, o en "ley mordaza", pero casi insignificantes. No hará el PP ni reformas de calado ni grandes derogaciones de sus políticas anteriores de austeridad. Así el bloqueo institucional es del propio Rajoy y nos aboca a unas terceras elecciones, que por cierto le vienen de "cine" a pesar de sus tics bobalicones.

Durante varias semanas todos los portavoces populares, e incluso el propio Rajoy, nos tenían en vilo afirmando que para qué ir a una investidura si no se tenían los avales necesarios. Bueno, pues ahora dice Rajoy que tiene sensaciones de no fracasar (?), aunque sin los respaldos parlamentarios necesarios para darle el gobierno. Pero si asevera que va a ir al debate, es que algo ha cambiado y nosotros somos ignorantes; quizás haya una agenda con negociaciones secretas entre ellos. O sea, que tendrá algunas (8 ó 10) abstenciones técnicas de los socialistas y/o del PNV, o nos están embaucando una vez más. O es una estrategia para echarle las culpas al PSOE de todo, de que no se comportó con honor y responsabilidad institucional y nos ha abocado a unas terceras elecciones navideñas. C´s dirá que lo intentó todo, que cedió mucho por evitarlas. Y el PP más o menos dirá lo mismo. Achacarán al PSOE el bloqueo de la gobernabilidad; así se quitan las "culpas" para las próximas elecciones, por lo que pudiera pasar. Entonces, si están seguros de que no suman, ¿para qué se reúnen tanto tiempo negociando una simple investidura, como si estuvieran reescribiendo la Biblia y pactando la reforma de la Constitución? Se están guardando las espaldas. En el fondo, los populares y C´s no han firmado papeles de acuerdos sino paripés. Sabedores de que no tienen ?ni tendrán- bastantes apoyos para la investidura, han comenzado un simulacro descarado para descargar en el líder socialista ?presionándolo hasta el máximo? la responsabilidad de esa repetición electoral en la que confía el PP seguir cosechando votos.

Las elecciones vascas, en setiembre, podrían favorecer a Rajoy si el PNV necesitara de la ayuda de los populares para gobernar en el País Vasco. Pero C´s no permitiría que un partido independentista estuviese con ellos en el mismo pacto institucional de sustentar al PP.

Pedro Sánchez a qué espera. O también le ha entrado temblor de piernas por tener que entenderse con Unidos Podemos y gobernar de una vez un país cargado de deudas ?pública y privada?, de profunda desigualdad, de desempleo altísimo, de precariedad laboral, y encima atosigados por las multas que le impone la UE y por la vigilancia estricta de los hombres de negro de la Troika. Cada vez estamos más seguros que muchos de los exdirigentes y barones territoriales socialistas coartaban a su líder Sánchez para que no explorase un gobierno alternativo. Ya que tanto hablamos de ello, a lo mejor le ha llegado la hora a Pedro Sánchez de tomar decisiones de interés general, de buscar acuerdos y soluciones alternativas, que conlleven el cambio, la justicia social, la regeneración institucional, el empleo y salarios dignos.