Berta Cáceres, la voz inmortal de la gente olvidada

Autora: Salvina Ferrara. Activista por los Derechos Humanos

Berta Cáceres supo todo eso pero, no obstante, siguió hasta que alguien, de forma fisica, la paró. Fue una líder indígena lenca, luchadora en particular por los derechos del medio ambiente. Ella fue la activista que "le torció la mano al Banco Mundial y a China", tal como lo anotó la BBC en español. Eso porque, gracias a la organización que fundó y de la que fue la líder, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), y gracias también a la población lenca, impidió que la compañía china Synohidro, la constructora de hidroeléctricas más grande del mundo, pudiese construir la presa Agua Zarca en el cauce del río Gualcarque, cuya importancia es fundamental en particular para el pueblo indígena. Su esfuerzo fue tan importante para la comunidad que en el 2015 recibió el Premio Goldman, también conocido como el Nobel Verde, en reconocimiento a su lucha en favor de los derechos de la población lenca y de la tierra.

Desafortunadamente, como he dicho antes, esa historia no tuvo un final feliz en términos absolutos, porque, le hicieron pagar con su vida; pues el pasado 3 de Marzo, alrededor de la 1.00 de la madrugada, fue asesinada con cuatro disparos por dos hombres que forzaron su entrada. Así culminó un largo periodo de amenazas y de agresiones con las cuales intentaron pararla.

Amnistía Internacional ha seguido de cerca largo tiempo este caso, en primer lugar, justo a su lado, cuando investigaba la situación de riesgo extremo en la que se encuentran quienes defienden los derechos humanos en Honduras, y después de su muerte, entre otras cosas, para proteger al único testigo de su fallecimiento por mano de los hombres que cometieron el crimen, Gustavo Castro Soto, que estaba presente en casa en aquel momento, resultando herido. Después de un periodo en el que no pudo salir de Honduras, gracias también a Amnistía, tuvo justicia y al inicio de Abril, pudo regresar a México, su país. Esta organización se ha movilizado también para obtener justicia para el compañero de Berta, Nelson García, acribillado a tiros pocos días después.

Y de hecho, por la importacia de la lucha de Berta y de sus compañeros, apoyada incluso por organizaciones nacionales e internacionales, el Presidente de Honduras no puede hablar de su asesinato como de un simple caso de fallecimiento de un ciudadano más. Por eso tiene que tomar medidas efectivas para garantizar una investigación justa que lleve ante los tribunales a los responsables materiales e intelectuales del crimen.

Antes de aquel momento "las autoridades hondureñas, a menos que emprendan acciones enérgicas para encontrar a los responsables de este atroz crimen, y tomen medidas para proteger a otros activistas como Berta, tendrán las manos manchadas de sangre."

Berta fue parada físicamente, pero la fuerza de su espíritu aún está entre el pueblo lenca y entre los que toman en serio la protección de la madre tierra, la que tiene cuidado de nosotros y de la que nosotros, muchas veces, nos olvidamos.