El folclore infantil, una muestra de amor a través de la lengua oral y escrita.

El amor se puede demostrar de múltiples maneras: besos, abrazos, palabras? y aunque San Valentín se celebro el domingo pasado, hoy queremos compartir con todos vosotros un amor incondicional y espontáneo. Un amor que proviene de mamá y de papá cuando utilizan esa literatura oral para vestir a su bebé de hermosura. Esa poesía, esas rimas, esos ritmos, esa musicalidad que se repite -una y otra vez- creando un efecto de encantamiento. Un lenguaje que libera la imaginación y los movimientos corporales del niño brindando un placer compartido que ayuda a tejer -de manera recíproca y natural- las primeras relaciones entre el niño y el adulto.

Ilustración de Noemí Villamuza.

Es tal el tesoro encontrado y agrupado en el género de la lírica tradicional infantil: nanas, canciones de cuna, juegos mímicos, adivinanzas, etc. que son, además, un inmenso recurso de alegría y de placer que contiene evasión, consuelo y sosiego, no solo en un bebé, sino también, en cualquier persona. Por suerte, la sociedad tradicional ha puesto al servicio de familias, educadores, profesionales de la niñez, etc. un reportorio de canciones de cuna, rimas, juegos verbales? que le dan valor tanto a la voz como a la melodía, a la entonación, etc. brindando ambos lenguajes la comprensión de temas fundamentales -para el niño- por medio de las palabras y la música.

No dejemos de poner en práctica la escucha con este gran patrimonio común que se encuentra en todas las culturas. Actualmente, la sociedad pone a disposición de los más pequeños libros cuyos autores e ilustradores se inspiran y se basan en esos modelos del folclore popular para convertir las palabras, la poesía, la música, el ritmo? en caricias y en momentos de encuentro que ofrecen estímulos emotivos y sensoriales, afecto y amor que el niño tanto necesita y que implica la presencia del otro.

Esos pequeños poemas incomprendidos tienen el arte de hablar con ligereza y simplicidad a los más pequeños para decirles cosas profundas e incluso majestuosas en un tono cantante y danzante: preocupaciones que puede tener la mamá, la atención que les da a cada instante, cualquier respuesta para satisfacer sus necesidades ya sean -afectivas o anímicas-, para calmar los miedos o para curar, prepararlos para dormir, etc. Ese tipo de actos del ser humano están muy bien representados mediante la literatura infantil y, sobre todo, a través del patrimonio cultural procedente del folklore. Es por ello, que queremos hacer un homenaje a este amor ilimitado, natural y sencillo a través de la oralidad y de los libros, y lo hacemos compartiendo con todos vosotros una selección de obras donde se ejemplifica e ilustra todo lo inicialmente contado:

Los pollitos dicen. Gerald Espinoza. Ekaré, 2008. Canción popular donde confluye una gran ternura para transmitir tranquilidad y proteger al niño bajo el ala de la gallina. Se muestra el cuidado y el amor que una madre ofrece a sus hijos antes de dormir.

La obra ilustrada por Paloma Valdivia, Duerme negrito, de la editorial Fondo de Cultura Económica. Gracias a la magia de la canción y la fuerza de las ilustraciones, hace ver y escuchar -al mismo tiempo- los ritmos musicales del texto y los del gesto, invitando al niño a entrar en un universo poético a su medida.

Debajo de un botón; Don Melintón tenía tres gatos; Cinco lobito. Mercedes Figuerola / il. Juan Ramón Alonso. Edelvives, 2002. Colección Deditos. Textos rimados que permiten al niño jugar con las manos y trabajar diferentes temáticas como los números, las horas, etc.

Colección de la cuna a la luna, de Antonio Rubio e ilustrada por Óscar Villán y editada por Kalandraka. Dirigida a niños de 0 a 3 años de edad, donde a través de pictogramas poéticos o "poegramas" -que alcanzan una gran fuerza comunicativa- y el ritmo creado en la lectura compartida por medio de las palabras cantadas, ayuda a "educar el ojo y endulzar el oído" como dice Antonio Rubio, de grande y pequeños.

Cualquier antología poética para niños. En este caso os recomendamos la creada por Carlos Reviejo y Eduardo Soler, en la editorial SM: Cantares y decires o Canto y Cuento. Libros que recogen las mejores muestras del folclore infantil: nanas, canciones, adivinanzas, refranes, trabalenguas, etc. y presentan el fantástico mundo de la infancia a través de la poesía y el ritmo, y donde los más pequeños, junto a los adultos, encontrarán su voz.

En definitiva, esta herencia cultural compartida por boca de abuelos, padres y maestros dejan una huella perdurable en nosotros, los oyentes, porque nos han permitido -y permitirán- aprender, conocer el mundo que nos rodea, expresar sentimientos, jugar, etc. No dejemos de poner voz a este universo poético escrito y rescatado para "contar y cantar" y para compartir, de manera generacional, este gran amor que es la lengua, oral y escrita.

Ilustración de Noemí Villamuza.

Soraya Herráez.