El esperpento nacional en cuatro actos y un epílogo (II)

El líder indiscutible de Podemos, ante los éxitos iniciales, decidió tirar al PSOE a las alcantarillas de la historia, a fin de cuentas era un partido viejuno frente a la fragancia juvenil de Iglesias o Errejón. Para ello necesitaba primero quitarse de en medio a los guardianes de las esencias izquierdistas, Izquierda Unida, siempre desunida y desgarrada, que liderada por un joven del 15M cayó en la trampa y agoniza con sus dos diputados. El siguiente paso es dar caña al PSOE mientras promete su apoyo, así mientras vota con el PP en Andalucía y Extremadura, pide el apoyo para su partido a los socialistas sensatos, despreciando a su secretario general Pedro Sánchez. Y por si fuera poco pone una línea roja en su negociación con el PSOE, la celebración de un referéndum de independencia de Cataluña, algo que los socialistas no pueden aceptar de ninguna manera, vamos un esperpento.

Acto Tercero: Pedro Sánchez y la venganza de los barones

Había una vez un viejo partido nacido en medio de las luchas obreras del siglo XIX, su ideología fue siempre reformista, aunque apelaran a la revolución social. Deseaban forjar una nueva clase obrera que con el tiempo lograra limitar los excesos del sistema capitalista. La Transición política propició una renovación considerable en sus propuestas y las influencias de sus congéneres europeos impulsaron la creación del Estado de Bienestar, la gran obra social de los socialistas en los años 80 y 90 basada en un Estado redistribuidor de la riqueza con tres pilares: educación y sanidad gratuitas y un sistema de pensiones públicas. Con el tiempo el PSOE se fue burocratizando y fue perdiendo su alma convirtiendo la necesidad de reformas en pactos y chalaneos. El viejo partido enmohecía entre luchas de barones y caciques locales que aunque perdían las elecciones seguían mandando. La conmoción del 15 M le alcanzó de lleno, había que cambiar el partido, el programa y acercarse a la gente. Pedro Sánchez ganó las primarias con ese mensaje pero enseguida se vio zarandeado por los intereses de los barones y el aparato del partido que no deseaban ningún cambio. Durante la campaña electoral, el candidato partió con muy negros augurios certificados por ilustres politólogos y comentaristas de televisión, sin embargo, a pesar de la notable pérdida de escaños, el joven dirigente había aguantado y se había batido el cobre. El enfado de los barones fue total porque además no podían pedirle la dimisión ya que ellos mismos, responsables de la campaña, tendrían en coherencia que dimitir también. Su estrategia pasa por poner piedras en el camino de Pedro Sánchez y abocarle a unas elecciones inmediatas a ver si se estrella de una vez, esperpéntico.

Acto Cuarto: Mariano Rajoy y la Inmovilidad como estrategia política

La derecha española siempre ha creido en la eternidad, la inmovilidad era siempre su meta, que nada cambie. Su dominio históricamente basado en el control económico-social, el apoyo incondicional de la Iglesia católica y el manejo de las instituciones del Estado se quebró durante la Segunda República. Su apoyo mayoritario a la rebelión y la régimen de Franco les dejó el estigma en la transición política, nadie quería apodarse o ser de Derechas. Asi se inventó desde el punto de vista político el Centro, ni de derechas, ni de izquierdas, o sea ni se sabe, todo depende del momento. La crisis del PSOE causada por su alejamiento de sus principios ideológicos básicos propició la batalla de la nueva derecha española apoyada por sus congéneres británicos y norteamericanos y en esta batalla ideológica la izquierda reformista perdió rotundamente. Tras los éxitos del capitalismo de casino que tanto enorgulleció a Aznar, el heredero Rajoy apenas ha destacado en nada, brillante opositor y nulo político ha basado su estrategia en resistir a toda costa contra sus enemigos internos y contra los externos. La inmovilidad del plasma ha sido toda su política a la espera de la mejoría económica en toda Europa y al apoyo de sus aliados europeos. En este contexto, tras la caída espectacular en las últimas elecciones sigue aspirando a controlar todo el poder, no solo la Presidencia del Gobierno, sino también la presidencia del Congreso, confiando siempre en la división de sus enemigos y el cansancio. Su política le lleva al mismo tiempo a demonizar al PSOE y al mismo tiempo exigirle " en bien de España" su apoyo incondicional para continuar en la Presidencia de Gobierno, vamos otro esperpento.

Epílogo:

En estos tiempos confusos, los republicanos sobrevenidos y los partidos emergentes gracias a su dominio de los medios de comunicación y las redes sociales han decidido que tradiciones culturales de siglos deben reconvertirse y modernizarse. Para ser un país laico al estilo de La France, nada mejor que hacer comuniones y bautizos laicos por parte de los ayuntamientos, celebrar el Halloween como si fuera una fiesta española y rechazar en las escuelas las celebraciones navideñas por mor de la interculturalidad y la separación de Iglesia y estado. Sin olvidar poner coronitas de MacDonall a los reyes magos en la cabalgata de Madrid o incluir a mujeres por aquello de la igualdad de sexos. Pero hete aquí que en Cádiz su alcalde de Podemos, según el periódico Diario De Cádiz, ha dicho que Cádiz bien vale una misa y ha anunciado la presencia de su equipo en todas las procesiones de Semana Santa hasta el punto de que ya se ha comprado un chaqué para salir en el Nazareno y asistir al pregón de Semana Santa. Esperpéntico, ¿ no les parece?